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¿Qué pasará en los mercados de aquí a final de año?
Después de un verano tranquilo, aumenta la visibilidad de cara a la parte final del año
Tras un verano relativamente calmado, los mercados han mostrado un tono sorprendentemente sólido. Pese a que persistían riesgos geopolíticos, comerciales y políticos que podían haber generado turbulencias, la renta variable global ha tenido un comportamiento positivo. Estados Unidos y Europa han sorprendido por su resiliencia económica, se ha cerrado una buena campaña de resultados empresariales y, sobre todo, ha crecido la expectativa de que la Reserva Federal dé un primer paso hacia la bajada de tipos en septiembre. En conjunto, los principales catalizadores han jugado a favor de los activos de riesgo.
Catalizadores positivos
La temporada de resultados en EE. States y Europa no solo fue mejor de lo esperado en cifras, sino también en tono. Los equipos directivos mostraron más confianza, revisaron al alza sus guías y destacaron carteras de pedidos robustas. A ello se suma la fortaleza de la economía real, que no muestra señales de desaceleración brusca. Finalmente, desde Jackson Hole, la Fed ha transmitido un mensaje más flexible, lo que ha llevado al mercado a descontar casi con total seguridad un recorte de tipos en septiembre.
Visibilidad hacia la recta final del año
De cara a los próximos meses, aumenta la visibilidad para los inversores. Muchas compañías han anunciado que dedicarán la mayor generación de caja, favorecida por el One Big Beautiful Bill Act y sus deducciones fiscales, a recompras y dividendos, apoyando así al accionista.
Los aranceles, que inicialmente despertaban temor, están siendo mitigados con subidas de precios, diversificación de cadenas de suministro o coberturas. La inteligencia artificial también gana tracción: ya no se habla de expectativas vagas, sino de casos concretos de uso, desde productividad en desarrolladores hasta eficiencia en publicidad digital y atención al cliente.
En el plano macro y geopolítico, la resiliencia económica transatlántica se mantiene, los acuerdos comerciales con EE. States avanzan y, aunque la guerra en Ucrania sigue generando cautela, se vislumbra la posibilidad de una hoja de ruta hacia una paz negociada. En conjunto, todo ello dibuja un entorno de mayor previsibilidad, siempre favorable para los mercados.
Riesgos a vigilar
Aun así, no conviene caer en la complacencia. Entre los riesgos a vigilar destaca la independencia de la Fed, que podría verse erosionada por las presiones políticas en EE. UU., generando ruido en la política monetaria. En Europa, Francia concentra las dudas sobre estabilidad política.
En el ámbito tecnológico, persiste el riesgo de que los beneficios no alcancen a justificar la fuerte inversión en inteligencia artificial. Aunque Nvidia superó con holgura los pronósticos en el último trimestre, las guías para los próximos no fueron tan sólidas y provocaron tomas de beneficios.Los aranceles y la inflación, aunque hoy contenidos, podrían intensificarse y alimentar nuevas presiones. Incluso cabe la posibilidad de que algunos aranceles sean declarados ilegales, obligando a EE. States a devolver grandes sumas. A todo ello se suma la estacionalidad adversa, ya que entramos en los meses históricamente más complicados para las bolsas, junto con los riesgos geopolíticos y comerciales todavía latentes.
Conclusión
El balance es claro: tras un verano positivo, entramos en un tramo del año con más visibilidad en los fundamentales, pero también con riesgos que exigen vigilancia. El reto para los inversores es gestionar esa dualidad: aprovechar la mejora en los factores de soporte, pero sin bajar la guardia ante posibles focos de inestabilidad.