Utilidades del pago aplazado con tarjeta

Te contamos cómo te puede ayudar el pago aplazado de las tarjetas de crédito

Se acerca ese deseado viaje, esa reforma que no puede esperar o ese inoportuno gasto imprevisto. Situaciones en las se agradece mucho tener flexibilidad para afrontar esos pagos. Para ello una posible alternativa son las tarjetas de crédito, un medio de pago que permite aplazar el pago de los gastos. Pero, ¿cómo funciona exactamente?

Las tarjetas de crédito de BBVA se pueden gestionar fácilmente desde la web de bbva.es o desde la app de BBVA. De manera rápida y desde cualquier sitio, se pueden gestionar los pagos de las tarjetas de una manera rápida y sencilla, para que el titular de la tarjeta elija, entre varias, la modalidad de pago que más se adecúe a sus circunstancias.

Y si no sabes qué tarjeta de crédito elegir, con este comparador podrás encontrar la tarjeta que más se adapte a tus necesidades en pocos pasos.

Modalidades de pago con tarjeta de crédito

Las tarjetas de crédito de BBVA tienen principalmente tres modalidades de pago: pago total, pago aplazado (revolving) y pago personalizado (revolving).

La primera modalidad de pago es el pago total, la cual está configurada por defecto en las tarjetas de crédito de BBVA. Con esta opción, el importe de la suma de todas las compras que se realicen con la tarjeta se cargarán en la cuenta asociada el 21 del mes o el día 5 del mes siguiente (dependiendo de lo que el cliente haya elegido), sin intereses (por las compras realizadas, no así por las disposiciones de dinero que sí pueden generarlos por los días anticipados). Es una manera de aplazar al mes siguiente las compras, y pagarlas sin intereses (por el abono de dichas compras).

Con el pago aplazado (revolving) devuelves la cantidad gastada en varios plazos. Puedes elegir entre pagar una cantidad fija cada mes o abonar un porcentaje fijo de lo que has gastado. Esta modalidad conlleva el cobro de intereses, que vienen especificados en el contrato de la tarjeta de crédito.

Por último, el pago personalizado (o revolving) te permite fraccionar el pago de las operaciones que tú decidas siempre que éstas sean superiores a 50 €. Se puede elegir entre pagarlo de 3 a 36 seis meses con intereses o en 3 o 6 meses a cambio de una comisión.

También con tu tarjeta de débito

Si bien las tarjetas de débito suelen utilizarse para realizar el pago directo y al momento de tus compras, también permiten el pago fraccionado de las mismas (con comisión). Para ello, lo primero es revisar los movimientos de cuenta y ver si el gasto realizado lleva la etiqueta "Fraccionable". De ser así, y a diferencia del procedimiento de las tarjetas de crédito (en el que la financiación es "directa"), en este caso primero se paga la compra y, una vez se activa el fraccionamiento, se realiza un abono en la cuenta con dicho importe (esta funcionalidad se encuentra sujeta a aprobación del banco).

Para más información, consulta el catálogo completo de tarjetas de BBVA y descubre todas sus ventajas.

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