sostenibilidad

¿Qué es la huella de carbono?

Descubre en qué consiste, cómo pueden influir las personas y las empresas en ella y qué se ha de hacer para reducirla.
Si bien es cierto que el día a día de una persona ya facilita, en pequeñas dosis, su llegada a la atmósfera, son acciones como la conducción de un vehículo (movido por combustibles fósiles), la carga de un teléfono móvil o el uso de un electrodoméstico (como la nevera o el lavaplatos) las que más contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, lo que hace que aumente la huella de carbono. ¿Y qué es la huella de carbono? En este artículo vamos a profundizar en su definición, en sus tipos, en los GEI que la producen y, además, explicaremos los beneficios que tiene, para personas y empresas, su cálculo. ¡Sigue leyendo!

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¿Qué es la huella de carbono?

Se conoce como huella de carbono al indicador medioambiental que cuantifica la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera, tanto de forma directa como indirecta, por individuos o empresas

Estos GEI (o gases de efecto invernadero), por su composición química, tienen la capacidad de absorber una parte del calor procedente del sol, haciendo que la temperatura de la tierra aumente. Algo que, a priori, no es negativo, salvo que, como ocurre actualmente, se vierta más cantidad de gases de efecto invernadero de la considerada como ‘normal’. Esto hace que se eleve la graduación de La Tierra, llegando esta a niveles que superan los ‘naturales’, lo que resulta nocivo para el ser humano.

Son varios los gases de efecto invernadero que ‘contabilizan’ en la medición de la huella de carbono, destacando:

- Dióxido de carbono, o CO2: es el que la actividad humana produce en una cantidad más alta, bien de la mano de los vehículos que conduce o a través de las fábricas que generan la mayor parte de los productos que se usan a diario, entre otros casos. Sin ser inicialmente malo para el ser humano, su excesiva emisión es la que le ha convertido en el GEI con mayor incidencia en el calentamiento global que asola el planeta.

- Metano, o CH4: alojado en las zonas frías del planeta, bajo inmensas capas de hielo (conocidas como ‘permafrost’), se halla este GEI de gran virulencia. De un tiempo a esta parte, y debido a las altas temperaturas derivadas de una mayor emisión de gases de efecto invernadero, se están deshelando las superficies congeladas que lo mantienen bajo tierra, lo que hace que el metano está ascendiendo a la superficie y escapando hacia la atmósfera en mayores cantidades. Esto le hace peligroso, ya que es capaz de capturar más calor que otros de su misma categoría.

- Óxido de nitrógeno, o N2O: si bien el CO2 está más presente, y tiene una mayor repercusión en la huella de carbono, este GEI tiene un efecto que se estima lo supera en 300 veces. Sectores como el agrícola, por el uso de fertilizantes con base de nitrógeno, las industrias textiles (con el nylon como principal material) o, también, la quema de combustible realizada en motores de combustión interna resultan ser los principales causantes de la llegada de este gas de efecto invernadero a la atmósfera.

- Hidrofluorocarburos, o HFCs: presentes en productos tan conocidos como los aerosoles o el líquido refrigerante de los aires acondicionados y los frigoríficos, su emisión a la atmósfera puede generar, por su composición inicial y su proceso de descomposición al interactuar con el calor que hay en ella, la eliminación de un alto número de moléculas de ozono (por culpa del cloro que contiene), destruyendo con ello la capa de este otro GEI que recubre nuestro planeta. Esto conlleva, a posteriori, una mayor incidencia de rayos UV-B en La Tierra.

- Hexafloruro de azufre, o SF6: es el gas de efecto invernadero más potente y nocivo, y por tanto más peligroso, al contar con un alto poder de absorción del calor procedente del Sol (es 22.000 veces mayor que la atribuida al Dióxido de Carbono). Esto hace que su creciente emisión a la atmósfera implique un ascenso más que significativo de la temperatura media del planeta, con el correspondiente efecto que esto supone en el cambio climático.

que es huella de carbono

¿Qué tipos de huella de carbono existen?

Son dos los tipos de huella de carbono conocidos en la actualidad: 

Huella de carbono por persona

La huella de carbono personal es aquella que produce un único individuo en su día a día con actividades cotidianas como desplazarse al trabajo, alimentarse o apagar y encender la luz. Se estima que, actualmente, está ya se mide en toneladas, lo que hace necesaria la toma de medidas para reducirla. Saber calcularla es el primer paso a dar, como aseguran los expertos, para disminuir la incidencia del ser humano en el cambio climático.

Huella de carbono de una empresa

Las compañías también llevan a cabo actividades (procesos de fabricación, de empaquetado, de transporte, etc.) que generan la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, lo que da pie a su propia huella de carbono como empresa. Como ocurre con la huella de carbono personal, debe realizarse un cálculo inicial (si antes no se ha llevado a cabo) y, tras él, un seguimiento de la misma, con el objetivo de analizar el efecto de las medidas de eficiencia o energía tomadas para su reducción progresiva.

Una vez elaborado el cálculo de la huella de carbono, mediante las correspondientes herramientas de cálculo certificadas o validadas por un organismo competente, el usuario de la misma podrá utilizarla internamente (por ejemplo, si tiene que informar de su estado no financiero o entregarlo a un proveedor o cliente que lo necesita). Además, también puede registrarla en MITECO, oficializando la misma. En dicho registro también se puede incluir la acción sostenible que ha determinado la empresa para mitigar el impacto de su huella (como puede ser, entre otras, la plantación de árboles).

Alcances 1, 2 y 3 ¿qué son?

Una vez sabemos qué es la huella de carbono y sus tipos, y antes de proceder a su cálculo, es importante detenerse y conocer los 3 tipos de emisiones (conocidas como alcances 1, 2 y 3) que también influyen en su medición:

- Alcance 1: son directas y hacen referencia a la quema de combustibles fósiles (tanto en el ámbito de vehículos como en el ámbito de calentamiento de inmuebles o para sistemas de producción).

- Alcance 2: son indirectas y hacen referencia a aquellas que se generan por el consumo de electricidad.

- Alcance 3: son indirectas y hacen referencia a las emisiones producidas por la actividad realizada. Influyen, sobre todo, en la métrica final de la huella de carbono de las empresas

Ya puedes calcular tu huella de carbono

Desde BBVA ponemos a disposición de particulares y empresas nuestra calculadora de huella de carbono, la cual permite saber las toneladas de CO2 que ambas emiten, ayudando esto a mantener el equilibrio necesario para no resultar dañino para el planeta. Si quieres más información, entra en bbva.es o en la app de BBVA.