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Hacer crecer una pyme en tiempos de crisis, ¿es posible?

Te explicamos, en esta nueva entrega de la tercera temporada de Compartiendo conocimiento, como, de la mano de la digitalización, una empresa puede eliminar esos costes que no “aportan” y mejorar, además, la experiencia de sus clientes.
Hacer que una pyme crezca, más en tiempos “complicados”, es difícil pero no imposible. Un ejemplo de ello es Alda. Nacida en plena crisis del 2008, como nos explica su CEO, Alberto R. Boo, en los inicios fue “un proyecto emprendedor que comprendía un pequeño ‘hostel’ en Santiago de Compostela”. Con el tiempo, ha ido creciendo, incluso durante la pandemia de la COVID-19, e incorporando “tanto nuevos hoteles como personal” a la marca. De hecho, añade Alberto R. Boo, “prácticamente hemos doblado el tamaño de la empresa, cada 2 años, contando, a día de hoy, con 60 hoteles en los que trabajan 400 personas”.

Reducir los costes de una empresa, ¿un primer paso para hacer crecer a una pyme?

Para hacer que crezca una “pyme” como Alda, hasta convertirse en lo que es hoy, Alberto R. Boo nos explica que, en su caso, pusieron, y ponen, el foco en “los costes, en ser eficientes con respecto a ellos”. Eso sí, este trabajo que se realiza en torno a la reducción de estos costes, nos aclara, no se hace “de forma indiscriminada, sino que se trata de rebajar los que no aporten valor al cliente”. En su opinión, aquel que “sí aporte ese valor, hay que mantenerlo''. Y es que, añade, “no podemos pretender que una empresa no gaste dinero, ya que es algo inherente al negocio. Lo que tenemos que hacer es minimizar, económicamente hablando, en aquello que no es percibido por el cliente como necesario”.

¿Cómo ayuda la digitalización a reducir los costes de una empresa?

Como nos explica Daniel Santana, experto en pymes de BBVA, una palanca fundamental, para esta reducción de costes, es “la tecnología”. En el caso de Alda, indica Alberto R. Boo, utilizan “la analítica de datos, ya que permite saber lo que quiere el cliente, a través de la información que se recaba, para luego, tras el análisis de la misma, tomar decisiones”. Es lo que se conoce, según Carolina Paredes, como “emprendimiento ‘lean’, que consiste en emprender en base a la experimentación, en base a la prueba-error”, concluye Celina.

En base a lo explicado, y como ejemplo, uno de los aspectos que se modificó el Alda fue el tiempo de “recepción humana”. Se habían percatado de que, como explica Alberto R. Boo, no aportaba un valor añadido, en ciertas horas, “que la atención la diese una persona, presencialmente, en el hotel”. ¿Cómo lo resolvieron? Con la “telegestión y recepción remota”, lo que evitó, y evita, “que se tenga una persona física en el hotel que igual se cruza, en el mejor de los casos, con un cliente en una noche”.

Esto es solo una muestra, como nos indica Alberto R. Boo, de que hay ocasiones en las que, una vez se detecta ese gasto que es susceptible de reducirse, la mejor solución, con la información en la mano, “es eliminarlo”. Y nos pone más ejemplos: “si ves que el cliente no está dispuesto a pagar más por disponer de televisión por satélite o minibar, no percibe el valor de ambos servicios, hay que quitarlos”. También se dan casos, añade, en los que la solución no está en “eliminar el servicio sino en cambiar la forma de darlo”. Algo para lo que, concluye, “la tecnología es fundamental”. 

Hay que cuidar del usuario… y del empleado

Al reducir costes, y así lo advierte Daniel Santana, también es importante que las medidas a tomar, en ‘pro’ de la digitalización, “no descuiden el foco que, empresarialmente, se tiene que poner en el cliente”. En su opinión, es muy importante “que velemos por su experiencia y que los cambios que se realicen, no importa cuáles sean, no afecten a la calidad que percibe”.

Unos cambios que, de igual forma, van a afectar a “las maneras de trabajar de la empresa y, en concreto, a los procesos que se realizan en ella”, explica Celina Paredes. Por ello, es importante que se tenga en cuenta, también, al cliente interno, o lo que es lo mismo, al empleado. Porque, comenta la experta, ellos son “los primeros usuarios de los cambios tecnológicos que se van a implementar y, por tanto, son los que mejor deben conocer esas “nuevas herramientas” con las que, después, los clientes van a interactuar”. 

BBVA, siempre apoyando a la empresas que quieren digitalizarse

BBVA ayuda a crecer a las pymes que, como Alda, tienen a la digitalización como ‘core’ de todas estas mejoras a implementar. ¿Cómo lo hace? Daniel Santana nos comenta que, desde la entidad, se las apoya “de diferentes maneras: por un lado, se les dan soluciones financieras para cualquier proyecto de inversión que tengan, de cara a seguir creciendo en ese proceso de digitalización. Por otro lado, se usa la digitalización para facilitarles la vida, poniendo a su disposición productos y servicios, realmente innovadores, que reducen tiempo, ahorran costes y, sobre todo, les dan mucha flexibilidad y agilidad, por ejemplo, para el pago de impuestos, seguros sociales, nóminas o para anticipar un cobro que tienen de sus clientes”. Unos procesos que, como añade, antes “eran más laboriosos y ahora, desde la web o la app de BBVA pueden tener, por ejemplo, esa financiación disponible en su cuenta al segundo”. Y es que, concluye, BBVA es “el mejor socio para ayudar a las empresas con este proceso de digitalización, ya que tenemos, desde hace muchísimos años, y en nuestra cultura y estrategia, la innovación y la digitalización como elemento fundamental”. 

El apoyo de BBVA a Alda en su proceso de digitalización

Alda, como hemos avanzado al inicio, vigila, y mucho, sus gastos. Debe hacerlo, teniendo en cuenta, como nos advierte Alberto, que disponen “de más de 60 hoteles, con una cuenta bancaria para cada hotel. Esto hace que, a veces, tengamos problemas con los costes asociados a cada usuario y a cada cuenta”. 

Para ayudarles, BBVA dispone, como explica Daniel Santana, “BBVA les ofrece la Cuenta Bienvenida para Empresas, que proporciona un soporte digital, un soporte en oficina, la que uno se asigne, y, además, un soporte remoto para ayudar en el día a día”.

En lo relativo a la digitalización, otro de los “problemas” de Alda es la “obsolescencia de la tecnología que utilizamos, que es alta”. Para “enfrentarse” a ella, comenta Daniel Santana, “BBVA dispone de un departamento de Renting, que ofrece soluciones que incluyen, entre otros, el mantenimiento o el seguro a todo riesgo, haciendo que, como clientes, os podáis despreocupar de ello. Por ejemplo, y adaptado a vuestro caso, se podrían cambiar todas las televisiones de un hotel. Se plantea y, si es viable, se lleva a cabo”.

Caminando hacia una empresa más sostenible (junto a BBVA)

Cada vez es mayor el número de empresas que apuestan por la aplicación de soluciones que promuevan la mejora de la sostenibilidad. En el sector servicios, y también en el hotelero, se ha avanzado mucho al respecto, más si se tiene en cuenta que sus clientes están cada vez más concienciados con el cuidado del planeta. Por eso es tan “relevante”, como indica Celina Paredes, que se conozca “el peso que tiene, en sus decisiones, el hecho de que un hotel o un negocio sea más sostenible o menos, así como las herramientas que se pueden usar para mejorar en este aspecto”. 

Si se es sostenible… ¡hay que decirlo!

También es importante, y son pocas las veces que se hace, comunicar las acciones que, como empresa, se llevan a cabo en busca de un modelo de negocio más sostenible. El cliente, en la mayoría de los casos, las desconoce y, por tanto, no las tiene en cuenta al realizar su valoración. Por ejemplo, y así nos lo cuenta Alberto R. Boo, desde Alda se esfuerzan por visibilizar “el impacto que pueden llegar a tener, en la reducción de la huella de carbono de la empresa, las medidas que hemos llevado a cabo”, la cual pueden medir, fácilmente, en bbva.es.

Unas medidas que desde BBVA, como explica Daniel Bueno, experto en financiación y sostenibilidad de BBVA, no se limitan a la financiación: “buscamos ofrecer a los clientes una solución 360º, es decir, desde el aporte de una solución (que suele consistir en la ayuda de un partner, a través del cual se le realiza un estudio técnico de esa inversión), a las ayudas y subvenciones de los Fondos Next Generation, pasando por la financiación, previamente mencionada, adecuada a sus necesidades”.