Aerotermia o geotermia, ¿cuál elegir para una vivienda?

En un contexto, el actual, en el que buscan las fuentes de energía más eficientes y sostenibles, la geotermia y la aerotermia están emergiendo, en este sentido, como dos opciones a tener en cuenta.

Es por ello que en este artículo, y con detalle, explicaremos en qué consisten y analizaremos las diferencias que hay entre la aerotermia y la geotermia, dando así la información que se va a necesitar al elegir la opción adecuada (en base a las necesidades y prioridades energéticas que se tengan). ¡Sigue leyendo!

La geotermia es una forma de energía renovable que genera electricidad, o proporciona calefacción y refrigeración en un inmueble, a partir del calor almacenado en el subsuelo terrestre. Este calor se captura mediante sistemas de intercambio térmico (como bombas de calor o plantas de generación eléctrica, ambas geotérmicas), requiriendo la perforación de pozos para acceder a las altas temperaturas del subsuelo. Es una fuente de energía continua y predecible, con bajos impactos ambientales y una huella de carbono reducida en comparación con los combustibles fósiles.

La aerotermia es una tecnología que aprovecha la energía que se almacena en el aire, en forma de calor, para calefactar, refrigerar y/o producir el agua caliente de una vivienda o local. Funciona, a grandes rasgos, mediante el intercambio de calor entre un fluido refrigerante y el aire exterior, utilizando una bomba de calor para aumentar la temperatura del fluido y transferir el calor al interior del edificio (en el caso de la calefacción) y viceversa (en el caso de la refrigeración). Un proceso, el que se ha descrito, que se realiza de forma eficiente incluso a temperaturas exteriores bajas, lo que permite su uso en climas diversos. Es, por tanto, un “sistema” sostenible que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y además, por su eficiencia, ayuda a rebajar el importe de la factura de la luz.

Al elegir, son muchos los que se hacen esta pregunta: ¿geotermia o aerotermia? 

Una vez se sabe lo que son, es importante que se profundice en sus diferencias, hecho que ayudará a responder a la cuestión que se acaba de plantear:

La principal diferencia entre la aerotermia y la geotermia es la fuente de calor que utilizan. Mientras que la aerotermia aprovecha el aire exterior (en concreto, el calor que hay en él), la geotermia utiliza el calor almacenado en el subsuelo terrestre. Esto, sin duda, tiene implicaciones en la eficiencia, la estabilidad del rendimiento y los costes de instalación y operativos de cada sistema.

En cuanto a la disponibilidad de la fuente de calor, la aerotermia depende de las condiciones climáticas y la temperatura del aire exterior, lo que puede llevar a variaciones en su eficiencia (especialmente en climas extremos). La geotermia, sin embargo, ofrece una fuente de calor más estable y constante, ya que la temperatura del subsuelo no varía tanto como la del aire exterior. Otra diferencia a valorar en el caso de que tenga que elegir entre geotermia o aerotermia.

Una “decisión”, geotermia o aerotermia, en la que también va a influir la instalación de ambos sistemas. La primera, normalmente, requiere más trabajo de instalación que la segunda, ya que necesita de la perforación de pozos en el subsuelo. Por su parte, la aerotermia solo requiere de la instalación de unidades exteriores e interiores conectadas por tuberías (siendo, esto, “menos invasivo” que lo anterior).

Otra diferencia, importante, entre la geotermia y aerotermia es la eficiencia energética. En el caso de la aerotermia, esta se puede ver afectada por las fluctuaciones en la temperatura exterior (pudiendo, estas, influir en su rendimiento), lo que la hace menos eficiente en climas muy fríos. La geotermia, por su parte, ofrece un rendimiento más estable y constante (ya que la temperatura del subsuelo es menos variable que la temperatura del aire exterior), lo que la hace “ideal” para lugares con climas extremos.

Por último, y no menos importante, la elección entre geotermia o aerotermia va a depender, también, de su coste. Si bien es cierto que la instalación de un sistema de aerotermia es más barata, sus gastos operativos no lo son tanto (al depender de las condiciones climáticas), El importe inicial a asumir, si se opta por la geotermia, es más alto (por la perforación de los pozos), aunque se rebajan los costes, tras ello, en su operativa (y por su eficiencia).

Elegir entre un sistema de aerotermia o geotermia va a depender, como se ha visto, de varios factores (recordemos: fuente de valor, instalación, costes, etc.). 

La aerotermia, al aprovechar el calor del aire exterior, es más adecuada en áreas con temperaturas moderadas y suficiente espacio exterior para la colocación de las unidades. Es una opción más económica en términos de instalación, pero puede ser menos eficiente en climas muy fríos.

Por otro lado, la geotermia ofrece una fuente de energía más estable y constante, por lo que es ideal para regiones con climas extremos y espacios limitados en el exterior. Aunque la instalación inicial puede ser más costosa, a largo plazo puede resultar más económica debido a su mayor eficiencia energética y bajos costes operativos.

Entonces… ¿con cuál hay que quedarse? La respuesta es: depende. Como se ha visto, escoger entre aerotermia o geotermia se supedita a las necesidades específicas de cada situación y las condiciones ambientales locales. Ambas tecnologías ofrecen beneficios únicos y son formas sostenibles de climatización, pero es importante considerar cuidadosamente los factores individuales antes de tomar una decisión.

Abonar el precio de un sistema de aerotermia, y de su instalación, es una inversión a largo plazo. Se estima que, de media, el ahorro energético que se genera, gracias a él, llega hasta el 60%, lo que implica un descenso considerable en la factura de gas o gasoil. 

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