Aerotermia con placas solares, ¿qué es y cómo funciona?

Tanto la aerotermia como el uso de energía fotovoltaica (procedente de placas solares) han “ganado terreno” en los últimos años como dos de los sistemas de energía más limpios y eficientes que se pueden encontrar. Por un lado, la aerotermia aprovecha el aire del exterior para calentar o enfriar un inmueble. Por otro lado, las placas solares recogen la energía del sol y la transforman en energía fotovoltaica (que ayuda a cubrir la demanda energética de un inmueble). 

En base a esto, y con el objetivo de aumentar la eficiencia energética, cada vez más las personas apuestan por combinarlas. Es por ello que, en este artículo, no solo vamos a explicar qué es y cómo funcionan la “unión” de ambas, sino que también profundizaremos en algunas cuestiones relativas a ellos (como, por ejemplo, el previo) e indicaremos las ventajas de elegir esta opción. ¡Sigue leyendo!

Como hemos avanzado en la introducción, la aerotermia es un sistema de calefacción y refrigeración que utiliza la energía que se encuentra en el aire exterior para proporcionar calor o frío a un edificio a través de un sistema de distribución que puede estar compuesto de radiadores, fancoils o suelo radiante. Esta energía se obtiene con la acción de una bomba de calor que se encuentra en el exterior de la vivienda y que es la encargada de transformar esa energía en frío o calor para, después, ser suministrada a la vivienda a través de una unidad interior y un sistema de distribución.

Al hacer la combinación, entre este sistema de aerotermia y la energía fotovoltaica de los paneles solares, la función de estos es generar la electricidad que necesita la bomba de calor para funcionar. 

Como se ha comentado, las placas solares son complementarias al sistema de aerotermia (al encargarse, únicamente, de producir la energía que necesitan la bomba de calor y la unidad interior para funcionar). 

Por lo tanto, la instalación de un sistema de aerotermia con placas solares va a depender de varios factores y elementos:

• Espacio para colocar el sistema de aerotermia: la instalación de un sistema de aerotermia requiere de un emplazamiento un poco más grande, tanto en el exterior (para colocar la bomba de calor) como en el propio inmueble (para colocar la unidad interior en la que se almacenará el aire o agua caliente que se va a distribuir con un tamaño agregado de aprox, un frigorífico pero puede ser partido para emplazarlo en varios espacios y por eficientar su instalación desde el punto de vista de espacio ).
• Espacio para instalar las placas solares: para estas se necesita, igualmente, un lugar en el que situarlas. Su ubicación es muy importante, ya que su potencia va a depender de la cantidad de luz solar que reciba.
• Alimentación de la bomba de calor: este elemento es el que alimenta la bomba de calor del sistema de aerotermia para que funcione correctamente.

Por último, y no menos importante, la combinación de aerotermia y paneles solares fotovoltaico tiene que cubrir todas las necesidades energéticas del inmueble, es decir, debe satisfacer la energía que precisa la bomba de calor del sistema de aerotermia y, también, la requerida para el correcto funcionamiento de la unidad interior, el sistema de distribución y el resto de necesidades energéticas del inmueble (por lo que es importante calcular cuál será la potencia necesaria) Adicionalmente, los paneles solares también deberían ser dimensionados para el suministro de energía del resto de consumos de la vivienda.

Es complicado establecer un precio medio de un sistema de aerotermia que funcione con energía fotovoltaica, procedente de paneles solares, pero hay que tener en cuenta, como en el apartado anterior, una serie de factores que van a determinar el coste total de la instalación: 

• Número de placas solares: cada inmueble necesita un número de placas solares determinado para hacer funcionar el sistema de aerotermia y, además, cubrir el resto de necesidades energéticas de la vivienda. Así, cabe destacar que “a más placas solares, más alto es el precio a pagar”. 
• Calidad del sistema de aerotermia: el sistema de aerotermia está compuesto por unos elementos determinados, cuya calidad también influye en el coste final. Así, cabe destacar que “a mayor calidad de estos elementos, mayor es el precio a pagar” (también serán mayores las garantías y las prestaciones de los mismos).
• Tamaño del inmueble: las dimensiones son un factor clave a la hora de calcular el precio del sistema de aerotermia con placas solares, ya que cuanto mayor sea la vivienda, mayor será la potencia necesaria para cubrir su demanda energética. Esto se traduce en que una bomba de calor y unas placas solares de un piso de 120m2 necesitarán mayor potencia que las de un piso de 100m2.
• Necesidad de inversión: también se tiene en cuenta el “punto de partida del inmueble”, es decir, si ya existe un sistema de aerotermia o no. En el primer caso, solo se tendrá que acometer la instalación de placas solares, lo que hará que sea menor la cantidad a pagar que si, por el contrario, no se dispone de él y se tiene que adquirir. Si se necesitan instalar ambas, el coste será todavía mayor que en los 2 casos anteriores.

Las ventajas de combinar un sistema de aerotermia y placas solares son:

• Eficiencia energética: son, ambos, de las tecnologías más eficientes que existen, es decir, son capaces de producir más cantidad de energía de la que consumen.
• Sostenibilidad: se basan, ambos, en una energía natural, renovable e inagotable.
• Aprovechamiento de instalaciones previas: se pueden combinar si en la vivienda ya existe alguna de las dos instalaciones.
  
• Autoconsumo: la vivienda genera su propia energía por lo que no depende de terceros.
• Ayudas: las ayudas de los fondos europeos y la desgravación del IRPF, así como si el municipio tiene reducción del IBI, pueden abaratar mucho el coste de la instalación.

Abonar el precio de un sistema de aerotermia, y de su instalación, es una inversión a largo plazo. Se estima que, de media, el ahorro energético que se genera, gracias a él, llega hasta el 60%, lo que implica un descenso considerable en la factura de gas o gasoil. 

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