Javier Blumenfeld

Pediatra y endocrinólogo 

"El sueño, el ejercicio y la nutrición son los elementos básicos para una buena salud mental y para una sociedad más saludable"

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El cerebro es como un motor que tiene una gasolina, la dopamina. Tenemos que encontrar formas de rellenar constantemente la dopamina. Y para que este motor funcione, como somos cuerpos físicos, sobre todo, tenemos que cuidar la función ejecutiva, nuestro prefrontal. Lo cuidamos durmiendo bien. En cuanto no dormimos tenemos alteraciones ejecutivas. Por eso cuando no dormimos estamos descontrolados, no nos concentramos…

Cualquier acción que sea comer bien, hacer ejercicio y dormir bien mejora todas las funciones mentales, incluida la función ejecutiva. Y dentro de la alimentación, además de que hay comer muy variado, es importante el desayuno. El desayuno mejora el humor, hace que bajemos de peso, y el rendimiento cognitivo. Yo no conozco ningún medicamento que haga tanto. Lo tenemos en nuestras manos, pero no lo usamos. Desde el punto de vista nutricional, hay que comer de todo, tener bien los depósitos de algunas sustancias como omega-3, hierro o magnesio, que se pueden rellenar comiendo bien. No hace falta tomar pastillas para rellenar esas sustancias, pero hay que comer bien.

La base de una buena alimentación es una dieta mediterránea, que es la base de nuestra dieta. Es muy importante tenerla en cuenta porque es tremendamente saludable. Desde el punto de vista cognitivo, pero no solo cognitivo: cardiovascular, a nivel de generación o no de tumores… Incluye muchos alimentos sin procesar. Nosotros nos hemos ido hacia alimentos procesados de una manera que me parece incorrecta. Nosotros preferimos comprar algo que ya está transformado y que es fácil. Pero la cocina saludable no tiene por qué ser compleja. De hecho, no lo es. El error básico es haber olvidado nuestros alimentos básicos y haberlos sustituido por alimentos procesados.

La gente que se va fuera de los países mediterráneos echa mucho de menos el disfrutar de sentarse a comer. Y a veces disfrutar de sentarse a comer es sentarse a comer, es el momento para hablar con los hijos, hablar con la pareja… A los pacientes les pido que se sienten a comer con su familia. Independientemente del efecto que eso hace sobre la obesidad, estoy viendo que se genera un efecto sobre la familia. De repente se ponen a hablar. Y me llama la atención la cantidad de familias que no hablan, y tenemos que generar espacios para que hablen porque eso es tremendamente potente. Creo que la familia es la última trinchera que tenemos para no estar completamente mecanizados.

"La neuroeducación estudia los cambios y conexiones que suceden en cerebro cuando aprendemos y el modo de hacerlo más eficazmente"

La obsesión no es tanto por la dieta, como por la imagen. Y eso sí que me parece serio. No por el rendimiento académico, sino por la sociedad que hacemos. Estamos impregnados de ese aparente éxito que da el ser más guapo. Y me parece que le quita mucha profundidad a nuestra sociedad. Por eso me parece bien si se habla de una nutrición saludable, pero la obsesión para estar más guapo me parece muy pobre.

Tenemos muy mala educación alimentaria. Los mensajes sobre nutrición, que muchas veces no están científicamente validados, impactan muchísimo. Hay un montón de dietas que no están recomendadas, como la dieta hiperproteica, como los suplementos. Lo que hay que hacer es volver a saber cómo cocinar, cómo comer bien, y comer las cosas que nos rodean, porque es tremendamente importante. Nosotros llevamos miles, millones de años evolucionando genéticamente, desde el hombre o la mujer de las cavernas, estamos evolucionando para comer un tipo de alimentación. Y por eso es importante intentar volver un poco atrás desde el punto de vista de cambiar nuestros hábitos y empezar a comer las cosas saludables que nos rodean en vez de sumarnos a modas que no son saludables ni son necesarias.

La obesidad es la punta del iceberg de un problema. El problema real es la mala alimentación generalizada que estamos teniendo en nuestra infancia y en nuestra sociedad. Hay muchos niños y adultos que no son obesos pero su alimentación es pésima. Es importantísimo comer bien para que nuestros motores cerebrales funcionen de forma adecuada. Si no están bien engranados, si nos les damos alimento suficiente para que funcionen bien, la forma de generar conocimiento va a ser más complicada. Lo que se puede hacer es intentar meter más contenidos saludables de una forma más divertida. Los colegios tendrían que implicarse en la salud de los niños porque es tremendamente importante, y no solo por la obesidad. La obesidad es la punta del iceberg, y tenemos cifras espantosas. Estamos casi en un 20% de obesidad y sobrepeso infantil en España. Sino porque nos permite tener una sociedad mucho más saludable.

Desde el punto de vista de la detección es delicado pero sí puedes, otra vez, enseñar muchas cosas a través de la salud. Pero la salud no solo es nutrición, también es el sueño… Yo pienso que cuando un niño va mal en el colegio, la primera pregunta que debe hacer un profe a los padres es: “¿Cómo estás durmiendo?”. Porque a veces nos liamos y no preguntamos su calidad de sueño. El sueño, el ejercicio y la nutrición, son elementos básicos para una sociedad más saludable, pero son elementos básicos también para una salud mental más potente.

Biografía

Médico pediatra, Máster en endocrinología pediátrica y nutrición y Doctor en ciencias biomédicas, es responsable de la consulta de Endocrinología Pediátrica del Hospital de El Escorial (Madrid). Es especialista en Neuroeducación y miembro del Observatorio de la Universidad Rey Juan Carlos para el desarrollo de innovaciones educativas. Desarrolla programas de alimentación saludable para niños.