¿Cuánto paga un autónomo por módulos?

El sistema de pago por módulos, para un autónomo, es el que le permite el pago del IRPF y del IVA en base a unos parámetros o módulos objetivos (publicados cada año por el Ministerio de Hacienda) que dependen de la actividad realizada. 

¿Qué requisitos debe cumplir un autónomo para utilizar el sistema de módulos?

Un autónomo no está obligado a pagar el IRPF (o el IVA) por módulos (pudiendo elegir, si lo desea, otra manera de hacerlo). Pero si quiere hacerlo, es necesario que cumpla las siguientes condiciones: 

• Realizar una actividad que conste en la orden ministerial que publica Hacienda (cada año) y, además, hacerlo en un territorio en el que se aplique el IRPF (es decir, en España).
• No llevar a cabo otra actividad en el régimen de estimación directa (o sistema por módulos).
• Tener, en el año anterior, un volumen de compras inferior a los 250.000 € (cantidad en la que no se incluye: IVA, o compras de inmovilizado como mobiliario, maquinaria, etc.).
• No renunciar, en ningún caso, al IGIC (o IVA canario).

También se han de respetar unos límites (en lo económico):

• No superar, si se trabaja en el sector agrícola, ganadero o forestal, los 250.000 € de rendimientos íntegros (ingresos, sin descontar los gastos) al año. Una cantidad que, excepcionalmente en 2024, también se aplica al resto de actividades económicas (bajará a 125.000 € cuando se elimine esta excepcionalidad).
• No superar, para aquellas operaciones en las que se tenga la obligación de emitir una factura, los 75.000 € (excepcionalmente, en 2024, se establece en 125.000 €).

El cálculo de lo que paga un autónomo si utiliza el sistema de módulos es complejo. Va a requerir una serie de operaciones que, gracias a un propio modelo, se explican en la página web de Hacienda (consúltalas aquí). Eso sí, lo laborioso de este “proceso” se compensa, en este caso, con la obtención de un importe a pagar que es fijo (es decir, se va a pagar la misma cuota siempre) y que evita que se tengan que hacer otros cálculos en el futuro.

Esta cantidad no se basa en lo que se obtiene (ingresos - gastos) por la actividad, si no que es una estimación (que se consigue, a su vez, a partir de unos parámetros: número de empleados, superficie del local, etc.), lo que implica que:

• Si el beneficio que se obtiene es mayor que el estimado: se pagarán menos impuestos.
• Si el beneficio que se obtiene es menor que el estimado: se pagarán más impuestos.

En este caso, la cuota fija es aplicada en los pagos fraccionados que el autónomo, a través del modelo 131, realiza a Hacienda (trimestralmente). El porcentaje a abonar, en cada uno, será:

• 4% del rendimiento neto (el más habitual).
• 3% del rendimiento neto (si se cuenta con una persona asalariada).
• 2% del rendimiento neto (si no se cuenta con una persona asalariada).

Este último, el 2%, es el que se aplica en las actividades de índole agrícola, ganadera o forestal, sobre los ingresos del trimestre (no incluyéndose, por tanto, ni las subvenciones de capital ni las indemnizaciones). 

Al igual que en el IRPF, el pago de la cuota fija es trimestral y se realiza a Hacienda con la entrega del modelo 303.

En los 3 primeros trimestres, el porcentaje (a aplicar sobre el IVA de los ingresos) va a depender de la actividad que se realice (consúltalo en la orden ministerial de la página web de Hacienda). En el cuarto, sin embargo, el cálculo de “tanto por ciento” es distinto: se empieza con la resta de la cuota devengada y la cuota soportada (ambas, de las operaciones corrientes). Al resultado, se le aplican los índices correctores (según la actividad y determinadas circunstancias).

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