sostenibilidad

¿Cómo ahorrar energía en casa?

Si adoptas hábitos de consumo sostenible y compras electrodomésticos con alta eficiencia energética, ahorrarás energía en casa, lo que contribuye a proteger el medio ambiente y reducirá el importe de tus facturas de luz.

Consumir solo la cantidad de energía que se precisa en cada momento y hacerlo de la forma más eficiente posible, resulta beneficioso para el planeta y también recompensa a tu bolsillo. En casa, el ahorro energético a veces puede parecer difícil, pero se simplifica cuando se adquieren hábitos de consumo sostenible, los cuales ayudan a preservar el medio ambiente y disminuyen tu gasto en facturas de electricidad. 

Para conseguir llevar a cabo este ahorro de energía dentro de tu hogar, los electrodomésticos con alta eficiencia energética se han convertido en herramientas imprescindibles. Hoy en día, disponer de una nevera o de un horno eléctrico que funcionan a partir de un uso optimizado de la energía que consumen, contribuye a rebajar de manera importante las toneladas de gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera sin descanso y que se hallan detrás de peligrosos fenómenos para la sociedad, como el calentamiento global.

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Ahorro energético en el hogar: reduce el consumo eléctrico de tu nevera

Junto a la calefacción de una vivienda, los electrodomésticos suponen el gasto energético más relevante dentro de una casa. Son tantos, y consumen tanto, que aglutinan una larga lista en la que destacan: lavadora, plancha de la ropa, aspiradora, microondas, lavavajillas, televisión, ordenador, estufa, secador de pelo, etc. 

Sin embargo, entre todos estos aparatos, hay un rey del consumo energético: la nevera. Y es que los frigoríficos son los electrodomésticos que más electricidad demandan, ya que funcionan durante las 24 horas del día y necesitan grandes dosis de energía para mantener fríos los alimentos. De ahí que resulte tan decisivo, en el momento de comprar una nueva nevera, atender a su calificación energética.

Las neveras con alto nivel de eficiencia energética tal vez supongan un desembolso ligeramente superior en el instante de su compra. Sin embargo, no se trata de un gasto mayor, sino de una inversión, debido al ahorro en energía que estos frigoríficos aportan a su propietario. De modo que, siempre que puedas, revisa que la nevera que vas a llevarte a casa cuente con la etiqueta ‘A+++’ o ‘A++’, hecho que garantizará un menor impacto en tu factura de la luz

Ahorro energético: ¿qué temperatura debe mantener tu nevera para reducir su alto consumo de electricidad?

Existen ciertos hábitos de consumo sostenible que afectan al uso que das a tu nevera y que, si los sigues, rebajarás las necesidades de suministro de energía del frigorífico

  • Respecto a la temperatura de tu nevera, no debe bajar de los 5 ºC. Se trata de una temperatura suficiente para el mantenimiento en buen estado de los alimentos que en ella conservas. Disminuir los grados del frigorífico por debajo de esta cantidad solo contribuirá a un consumo energético extra que impedirá el ahorro de energía y encarecerá, sin ninguna razón aparente, tu factura de luz a final de mes. Para el congelador, se recomienda una temperatura de -18 ºC.
  • La puerta de tu nevera es uno de elementos principales a tener en cuenta de cara al control del consumo energético. Adquiere especial trascendencia no incurrir en costumbres como dejar la puerta del frigorífico abierta mientras bebes o estás sacando y metiendo alimentos. Además, has de comprobar que el caucho que circunvala los límites de la puerta se mantiene en perfecto estado y hace posible el cierre hermético del electrodoméstico; puedes chequearlo viendo si un trozo de papel (una servilleta, por ejemplo) se queda pegado entre la cinta de caucho y el metal de la nevera cuando cierras la puerta o si, por el contrario, no se produce efecto vacío y la hoja cae al suelo. Recuerda que, si entra o sale aire del frigorífico, este requerirá de un plus de energía para alcanzar la temperatura de 5 ºC y no ahorrarás nada de energía.
  • Dentro de tu cocina, el hueco en el que ubicas la nevera influye en su consumo energético. Si se encuentra al sol, o cerca de fuentes de calor como el horno, la temperatura externa del frigorífico ascenderá y tendrá que consumir mucha energía para evitar que estos grados de más afecten a la comida del interior.
  • No olvides limpiar en profundidad tu nevera una o dos veces cada año. Sobre todo, presta atención a la zona posterior del electrodoméstico, donde la acumulación de polvo y suciedad puede sobrecalentar el aparato y alterar su correcto funcionamiento. Respecto al interior del electrodoméstico, es importante que retires con frecuencia, empleando agua y jabón (para impedir la aparición de hongos), la escarcha y esas capas de hielo que con el paso del tiempo se acaban formando. 
  • Relacionado con el hielo, cuando compres tu nevera, comprueba que viene equipada con tecnología ‘no frost’, la cual no permite la creación de hielo dentro del frigorífico. Contrario a lo que pudiera pensarse, este hielo resulta desaconsejable, porque no enfría, sino que actúa como elemento aislante, lo que dificulta la labor de ahorro de energía por parte del electrodoméstico. Además de ‘no frost’, resulta aconsejable que la nevera que adquieras disponga de tecnología ‘inverter’, capaz de ir modificando la potencia eléctrica de tu aparato a las necesidades de cada instante.
  • Un hábito de consumo sostenible fantástico consiste en descongelar los alimentos dentro de la nevera. Imagina que vas a cenar carne la noche siguiente; si la descongelas dentro del frigorífico a lo largo del día, aportarás un plus de frío a los otros alimentos de la nevera y esta ahorrará energía. En cambio, siempre evita introducir en el electrodoméstico platos que estén calientes; exigirán mayor esfuerzo de tu nevera para poder enfriarlos.
  • Por último, intentar no llenar nunca por completo la nevera; esto impide que pueda funcionar de forma óptima. Tampoco introduzcas todos los alimentos a la vez o estarás forzando al frigorífico a producir un volumen extra de frío que repercutirá en un menor ahorro de energía.

Ahorro de energía en casa: vigila el consumo de tu horno eléctrico

Después de la nevera, otro de los grandes enemigos del ahorro energético en tu hogar es el horno eléctrico, mucho más frecuente en las casas que el horno de gas, pese a que este último aporta una eficiencia energética superior. Producir calor y altas temperaturas a partir de electricidad, base de su funcionamiento, siempre conlleva un considerable gasto de electricidad.

No obstante, puedes recurrir a los siguientes hábitos de consumo sostenible de cara a rebajar su volumen de energía utilizado:

  • Eficiencia energética: dentro de las limitaciones de este tipo de electrodoméstico, cuando compres o sustituyas tu horno eléctrico por uno nuevo, procura que tenga el grado de eficiencia energética más alto posible.
  • Cocina por lotes: intenta preparar el mayor número de alimentos a la vez. Además, si troceas dichos alimentos en porciones de pequeño tamaño, precisarán de un menor tiempo de cocción, por lo que ahorrarás energía. También disminuirás el tiempo de encendido del horno y la electricidad que consume si, en el caso de preparar verduras, las introduces previamente hervidas.
  • No abras continuamente la puerta de tu horno: cuando abres a cada rato la parte del horno eléctrico, el calor acumulado se escapa y el electrodoméstico precisa consumir nueva energía para subir otra vez la temperatura.
  • Botón ‘off’: apagar el horno unos minutos antes de concluir la cocción es una manera de sacar provecho del calor residual creado dentro del aparato y de ahorrar energía.
  • Apuesta por la cerámica y el vidrio: los recipientes hechos de vidrio o cerámica alcanzan antes la temperatura deseada y disminuyen el tiempo de cocinado.

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