¿Qué es la inflación y cómo se calcula?

Así afecta a la economía de un país y a los bolsillos de sus ciudadanos.
En la economía actual, los precios de los bienes que adquirimos o de los servicios que utilizamos suelen cambiar con cierta frecuencia. La inflación hace referencia al aumento de los precios de bienes y servicios en un periodo de tiempo, o lo que es lo mismo, la disminución del valor del dinero con respecto a la cantidad de bienes y servicios a comprar con él. 

¿Qué la causa?

La inflación puede deberse a varios factores, como los siguientes:

  • La demanda que se genera es superior a la oferta, es decir, se requiere una cantidad de bienes superior a lo que se es capaz de producir, lo que hace que los precios suban. Por ejemplo, si solo hubiese capacidad para fabricar un millón de teléfonos móviles al año y las peticiones llegasen a los 2 millones, el precio a pagar por este producto sería mayor que si, por el contrario, se llegase a cifra demandada. 
  • El aumento de los costes en la producción de un bien o servicio suben (por ejemplo, por el encarecimiento en el precio de las materias primas, de la mano de obra o de los impuestos) genera un incremento en los precios de venta para compensar el encarecimiento de los bienes o servicios. Por ejemplo, si aumenta el precio del barril de Brent, también lo hace el coste del litro de combustible en las gasolineras.
  • Se lleva a cabo una inflación autoconstruida. Esta tiene lugar cuando, en previsión de un cercano y severo ascenso del precio de uno/s bienes o servicios, se fuerza un aumento gradual de su coste para que el impacto sea menor y asumible.
  • Se produce una inflación de la base monetaria (crece la cantidad de dinero legal que se produce), lo que significa que hay más dinero en circulación para gastar en bienes y servicios. Esto genera un aumento en la demanda que puede no ser asumible por los proveedores, hecho que da lugar a un aumento en su precio.

¿Qué tipos existen?

La inflación puede tener varios tipos, en base a los cuales es posible encontrar distintas clases: 

  • Moderada: la subida de precios es gradual y, habitualmente, no supera el 10 % anual.
  • Galopante: la subida de los precios es muy elevada, en la mayoría de los casos de 2 o 3 dígitos (15 %, 30 %, 130 %, etc) al año, lo que hace que se reduzca el poder adquisitivo de los potenciales consumidores, hecho que afecta directamente a la economía del país. 
  • Hiperinflación: los precios ascienden de manera exagerada (por encima del 1.000 %). Esto hace que el dinero de un país pierda su valor dando lugar a una grave crisis económica. 

También se pueden encontrar otros casos más puntuales: 

  • Estanflación: la inflación asciende pero no lo hace la economía del país (se determina como estándar si hay decrecimiento de PIB durante dos trimestres consecutivos). Es uno de los peores escenarios económicos posibles.
  • Desinflación: se desacelera la inflación de un país fruto del aumento de los precios de los bienes y servicios. Este ascenso, sin embargo, es más bajo que en otros periodos previos. 
  • Deflación: término opuesto a inflación, se entiende como una bajada de los precios de los bienes y servicios (mínimo durante 2 semestres consecutivos) con motivo de una mayor oferta y una menor demanda de los mismos.

¿Qué consecuencias puede tener?

Los efectos que puede tener la inflación son diversos: 

  • Depreciación del valor de la moneda fruto del crecimiento en el precio de cada bien o servicio. Como consecuencia de esto, se reduce el poder adquisitivo de una población que ve como necesita invertir más cantidad para acceder a aquello que quiere y que, previamente, le valía mucho menos.
  • Subida de los salarios originada por el alza en los costes y en base a que los primeros, en teoría, deben adecuarse siempre al nivel de precios del momento.
  • Depreciación de las deudas contraídas con terceros, dado que el coste del euro en periodo de inflación es inferior a cada día que pasa. Esto genera pérdidas para el acreedor y beneficios sustanciales para el deudor. 
  • Reducción de las inversiones en el país ya que los inversores buscan un escenario más estable y seguro en las que gastar su dinero (y en el que conseguir un mayor reporte del mismo). Únicamente se ven beneficiadas las inversiones especulativas, es decir, aquellas en las que se asume un alto riesgo por una alta recompensa y que, normalmente, son más perjudiciales en este tipo de contexto económico.

¿Cómo podemos calcularlo?

Existe un fórmula con la que poder obtener la tasa de inflación, tomando como referencia un periodo concreto de tiempo y el IPC del mismo. La fórmula es:

[(IPC final - IPC inicial) / IPC inicial] x 100

Este IPC, acrónimo de Índice de Precios al Consumo, representa la evolución del precio de los bienes y servicios de un país a lo largo de un año. Por ejemplo, si una botella de agua vale un euro a inicio de 2019 y 1,5 euros a final de 2019, este índice nos muestra el porcentaje de crecimiento del coste de dicho producto. Su cálculo lo realiza en Instituto Nacional de Estadística (INE) en base a una cesta de la compra estándar compuesta, a día de hoy, por 479 artículos (y 220.000 precios obtenidos de 22.000 tiendas alojadas en 177 municipios distintos).