La tecnología de las tarjetas contactless
Hasta hace poco, para procesar cualquier operación con una tarjeta de débito, crédito o prepago se utilizaba su banda magnética o el chip que estas tarjetas llevan incorporado. La tecnología empleada por estos sistemas requiere que la tarjeta se introduzca en una ranura o se pase por el lector de bandas magnéticas para que se pueda proceder a su lectura. Aunque estos elementos siguen presentes en las tarjetas contactless, estas se caracterizan por incorporar la nueva tecnología NFC.
Las siglas NFC provienen del inglés Near Field Communication, que en español significa “comunicación de campo cercano”. La tecnología NFC es la que permite que se produzca una interacción inalámbrica bidireccional sin necesidad de que la tarjeta esté en contacto con el terminal. Para establecer esta comunicación, es necesario utilizar dos dispositivos electrónicos próximos: un dispositivo iniciador (TPV o cajero automático) y un dispositivo destino (tarjeta o cualquier otro instrumento de pago).
El diálogo entre los dos dispositivos también requiere la intervención de un chip, pero en este caso la interacción se produce por inducción electromagnética. Por tanto, aunque las tarjetas contactless presentan un aspecto similar a las anteriores, con un chip visible para el usuario, la tecnología NFC permite utilizarlas sin contacto.
¿Cómo se utiliza una tarjeta contactless?
Aunque la interacción que tiene lugar entre la tarjeta contactless y el terminal es distinta, la forma en que el titular emplea la tarjeta apenas varía: basta con colocar la tarjeta junto al terminal. No obstante, siempre es positivo conocer los detalles de utilización de este tipo de tarjeta para poder beneficiarse de todas sus ventajas. Los pasos a seguir para hacer uso de una tarjeta contactless en un cajero o datáfono son los siguientes:
- Identificar el lector contactless. El lector de un cajero suele ser distinto al de un datáfono, pero siempre incluye el símbolo identificativo de contactless: varias ondas de radio emergiendo de un punto en un extremo. En el caso de los cajeros, este lector se encuentra en una placa rectangular con ese icono, mientras que los datáfonos suelen mostrarlo en la pantalla.
- Acercar la tarjeta al lector a una distancia inferior a tres centímetros. Al colocar la tarjeta de este modo, los pilotos del lector se iluminan y el aparato emite un sonido que indica que la lectura ha sido correcta. A partir de ese momento se puede retirar la tarjeta, por lo que se trata de un proceso de apenas unos segundos.
- En el caso del cajero, seleccionar la operación y acciones que se deseen realizar mediante la pantalla táctil.
- Introducir el número PIN de la tarjeta para autorizar la operación. Esta información siempre es necesaria en un cajero, pero los datáfonos solo la solicitan en caso de que el pago sea superior a una determinada cantidad. Por defecto, esta cantidad es de 20 euros.
Muchas entidades bancarias ofrecen además la posibilidad de realizar este mismo proceso sin necesidad de presentar la tarjeta, simplemente utilizando su smartphone. Para hacerlo, el titular ha de registrar la tarjeta en la aplicación móvil ofrecida por el banco y utilizar su teléfono móvil para el pago, acercándolo al terminal de la misma manera que si fuera una tarjeta. Además, otras empresas como Google, Samsung o Apple han creado sus propias aplicaciones de pago contactless que los usuarios pueden utilizar para este mismo fin.
Es fundamental recordar que las tarjetas contactless no dejan de ser tarjetas de crédito, débito y prepago convencionales, por lo que la transacción que tiene lugar al utilizarlas sigue siendo la misma. Asimismo, la tarjeta contactless también funciona al introducirla en la ranura o al pasarla por el lector de bandas magnéticas, así que se puede seguir utilizando de este modo si se prefiere.
Ventajas de la tarjeta contactless
En ocasiones, las nuevas tecnologías resultan disruptivas para los usuarios que han de aprender y adaptarse a todos los cambios. Sin embargo, la tarjeta contactless supone grandes ventajas, precisamente porque implica una mejora en la experiencia del usuario que apenas afecta a la forma en que utiliza su tarjeta.
En primer lugar, la tarjeta contactless es más cómoda y sencilla de usar. Solo se ha de sacar la tarjeta durante unos segundos y se puede volver a guardar sin necesidad de esperar a que finalice la operación. Además, dado que ya no es necesario introducir la tarjeta y esperar a que el terminal la devuelva, la operación es más rápida. Con ello, el tiempo de lectura se ve reducido y se simplifica el trámite.
Este modo de utilización hace también que la transacción sea más segura. Por un lado, se elimina la posibilidad de que la tarjeta se quede atrapada o se dañe. Por otro, la tecnología contactless es también más segura desde el punto de vista técnico. Al contrario de lo que opinan muchos usuarios, no es fácil obtener dinero de una tarjeta contactless sin autorización, ya que la distancia entre tarjeta y terminal es muy corta.
En BBVA, la comodidad y la seguridad de nuestros clientes son siempre una prioridad. Para mejorar la experiencia de nuestros clientes hemos incorporado la tecnología contactless en todas nuestras tarjetas. Asimismo, para facilitar las operaciones de los usuarios, todos nuestros cajeros cuentan también con esta tecnología. Visita bbva.es o cualquiera de nuestras oficinas para conocer nuestra gama de tarjetas de crédito, débito o prepago y elegir las que más se adapten a tus necesidades.