Riesgos asociados a los fondos de inversión

Conoce los riesgos que pueden determinar la rentabilidad de tu inversión.
Los fondos de inversión ofrecen a los ahorradores la oportunidad de rentabilizar su dinero. Se trata de una forma de inversión más segura para pequeños inversores y aquellos que no cuenten con amplios conocimientos financieros o que, sencillamente, prefieran delegar la gestión en profesionales. No obstante, ninguna inversión está completamente exenta de cierta incertidumbre y existen una serie de riesgos asociados a los fondos de inversión que son importantes conocer para elegir la mejor opción según las necesidades del inversor.

Características de los fondos de inversión

Los fondos de inversión son Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) que funcionan bajo la supervisión de una entidad depositaria, encargada también de custodiar los valores, y la administración de una entidad gestora. El patrimonio de estos fondos proviene de las aportaciones de inversores individuales, denominados partícipes, y se dividen en participaciones. Los fondos se encuentran supervisados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Al combinar las aportaciones de un amplio número de partícipes, la entidad gestora tiene más facilidad para diversificar la cartera que un inversor a título particular que, principalmente por un tema de costes, no podría replicar una cartera así.

No obstante, como cualquier inversión, este producto financiero también está expuesto a determinados riesgos, que podemos clasificar en seis grupos.

Tipos de riesgos asociados a los fondos de inversión

Riesgo de mercado: aquel riesgo que se deriva de la inversión en cualquier activo, que cotizará en un mercado y cuya cotización estará influida por distintas variables externas, como la evolución de la economía, los tipos de interés o la estabilidad política. Este riesgo es más acusado en determinado tipo de activos, como la renta variable. Como bien conoce cualquier inversor, la bolsa pasa por periodos de alta volatilidad.

Riesgo de liquidez. Es posible que un inversor se encuentre con restricciones a la hora de deshacer las posiciones en las que ha invertido. Esto suele ocurrir cuando se negocia fuera de mercados organizados, en títulos muy específicos con bajos niveles de negociación. La falta de liquidez puede influir en el precio de venta y por tanto condicionar la rentabilidad de la operación.

Riesgo de divisa. Siempre que se invierte en activos expresados en una divisa distinta al euro, existe el riesgo de que tenga lugar alguna fluctuación en el tipo de cambio. Estas variaciones pueden estar motivadas por las condiciones económicas y políticas del país en concreto, por lo que en cierto modo se trata de un riesgo derivado del de mercado. El efecto que estas fluctuaciones tienen para las participaciones de un inversor siempre se mide con respecto a la moneda de referencia de este, en este caso el euro. Cuando se produce una apreciación o depreciación de la otra divisa, el valor del fondo varía aunque sus activos no hayan cambiado su valor en euros. Obviamente, la forma más sencilla de evitar este riesgo es elegir un fondo que solo invierta en activos expresados en la divisa de referencia. No obstante, es posible neutralizar este riesgo a través de estrategias con derivados orientadas a cubrir el riesgo divisa.

Riesgo de crédito. Por último, los efectos del riesgo de crédito también pueden ser relevantes. Al invertir en activos de renta fija, el fondo de inversión actúa como prestatario ante el emisor de los bonos o pagarés en los que está invirtiendo. Si la empresa, entidad financiera o estado emisor no puede cumplir con esos pagos o no lo hace dentro del plazo, esto supone pérdidas para los partícipes del fondo de inversión. Para evitar este tipo de situaciones, existen agencias especializadas en evaluar a estos emisores. Estas aplican un sistema de evaluación o rating y publican los resultados de este análisis, por lo que es una información de gran utilidad para evaluar la política de inversión del fondo en el que se pretende invertir.

Riesgo país. La inversión en determinados países, con economías emergentes, tiende a ser más volátil que aquella inversión en países desarrollados, si bien también la rentabilidad potencial de la primera es más elevada. El riesgo adicional de los países emergentes se debe a la posibilidad de que los gobiernos se tornen inestables o a economías muy centradas en ciertos sectores. En general, cuentan con mayor incertidumbre, política, económica y social.

Riesgo de concentración. Diversificar es una de las claves para una inversión adecuada. En una cartera con pocos activos, el comportamiento negativo de uno de ellos puede generar un impacto muy negativo, pues su peso respecto al total es significativo. En una cartera con muchos valores, el efecto negativo de uno de ellos se disuelve en el comportamiento medio de todos los demás.

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