hipotecas

¿Qué hipoteca me puedo permitir?

Dependerá de tus ahorros disponibles, tu situación laboral y tu capacidad de endeudamiento.
Comprarse una casa es una decisión importante y, como tal, requiere de una meditación previa. ¿El motivo? Se trata de un compromiso a largo plazo y no todo el mundo está preparado para adquirir ese tipo de responsabilidad. Así, si tras pensarlo mucho se toma la decisión de comprar una vivienda, hay que prepararse para responder a la gran pregunta: ¿qué hipoteca me puedo permitir?

En busca de la hipoteca que me puedo permitir

A la hora de embarcarse en una aventura a tan largo plazo, lo fundamental es ser realista. Si bien es cierto, y ocurre siempre, que todo el mundo tiene en mente la que sería la casa de nuestros sueños, esa ensoñación (por norma general) conllevaría un endeudamiento imposible de asumir o, en el mejor de los casos, privaría a la persona de la posibilidad de realizar otros sueños. 

Sin embargo, si se lleva a cabo una buena planificación, teniendo en cuenta las necesidades de liquidez y de constitución de un ahorro responsable y consecuente, se podrá empezar a plantear un rango de precios en el que moverse con comodidad, holgadamente y sin agobios. Es decir, en base a este análisis previo, se podrá comenzar la búsqueda entre las viviendas que más se ajusten a dicho presupuesto, o lo que es mismo, entre aquellas que, en principio, me puedo permitir.

¿Qué factores ayudan a saber qué hipoteca me puedo permitir?

Para que esta búsqueda sea lo más fructífera posible, es importante conocer los aspectos que hay que valorar de una vivienda (como, por ejemplo, comparar el precio que tiene, con respecto al del resto de viviendas aledañas de similares características). Estos datos serán determinantes a la hora de saber si esa casa, y por ende su hipoteca, me la puedo permitir o si, por el contrario, debo descartarla porque su valor de venta es desproporcionado. 

De igual modo, es importante examinar los servicios que se tienen cerca, tales como transporte público, centros médicos y escuelas. Cuando uno se hipoteca, no solo compra una casa, también se vincula con el barrio en el que está ubicada y sus prestaciones, a largo plazo. 

Junto a esto, es recomendable realizar alguna visita al Ayuntamiento de la localidad o Diputación correspondiente para indagar si el municipio ha aprobado algún plan de reparcelación o instalación de servicios en un perímetro desde la ubicación del que será el nuevo hogar. Y es que ciertos servicios municipales pueden suponer un incremento de valor del terreno, o un decremento del mismo, lo que hace que deban considerarse.

Otros temas a tener en cuenta son el estado del inmueble y la distribución de sus estancias, para saber si habrá que destinar una parte de los ahorros a reformarlo, preferiblemente antes de entrar a vivir en él. 

Y si por la capacidad de endeudamiento que se tiene es necesario recurrir a precios más bajos y, por tanto, a viviendas más pequeñas, es importante que los metros sean suficientes y adecuados para albergar a una familia y que estén bien repartidos (hay que tener en cuenta que se trata de una decisión a largo plazo).

que hipoteca me puedo permitir

En resumen

Por tanto, para saber qué casa, e hipoteca, me puedo permitir, hay que tener respuesta a estas dos preguntas: 

- ¿Qué ahorro tengo constituido? 

- ¿Qué hipoteca me puedo permitir en función de mis ingresos y de mi capacidad de ahorro?

Una vez se encuentre contestación a ambas, llega el momento de dedicar tiempo a buscar la vivienda adecuada dentro del rango económico marcado. En este artículo vamos a dar pautas y herramientas para poder responder a la segunda cuestión (ayudándote a saber que hipoteca te puedes permitir).

Características personales a valorar (para saber qué hipoteca me puedo permitir)

Al adquirir una vivienda, lo primero y fundamental es hacer un análisis financiero. También es bueno valorar, de manera objetiva, la situación personal (presente y futura), en base a los objetivos, deseos y convicciones que se tengan, y cuantificar objetivamente la situación económica (tanto en el presente como a medio plazo). 

Los aspectos fundamentales a considerar, en ambos procesos, son los siguientes: 

- Ahorros: el banco concederá un préstamo hipotecario máximo de hasta el 80 % del valor de tasación de la vivienda, por lo que para poder hipotecarse es fundamental disponer de ahorros suficientes que cubran el tanto por ciento que no financia la entidad bancaria. En cuanto a los gastos de la inversión, serían:

- Notaría, Gestoría y Registro

- IVA y/o Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (en el caso de que se adquiera una vivienda de segunda mano).

- En cuanto a la Tasación, el cliente tiene derecho a aportar una tasación, con una antigüedad no superior a seis meses, realizada por una tasadora homologada por Banco de España, asumiendo su coste. En el caso de que el cliente no disponga de una, el banco podrá solicitarla y el gasto será asumido por el cliente.

- Situación laboral: cuando la entidad bancaria concede un préstamo hipotecario busca siempre que el cliente pueda devolver el dinero. Por eso, tener un contrato laboral fijo en un sector que no sea especialmente inestable y que reporte unos ingresos mensuales suficientes será algo necesario para poder pedir una hipoteca. 

- Historial crediticio: no tener ningún caso de impago o morosidad anterior es un factor que la entidad tendrá en cuenta a la hora de estudiar el préstamo o crédito hipotecario.  

Te ayudamos a saber qué casa te puedes permitir

Si estás buscando un nuevo hogar, pero no eres consciente de qué hipoteca te puedes permitir, en BBVA queremos ponértelo un poquito más fácil. 

Gracias a esta herramienta, y tan solo aportando unos pocos datos (como tus ingresos o lo que tienes ahorrado) podrás calcular el precio de la vivienda que te podrías comprar, comprobando así si encaja con lo que habías pensado. 

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