¿Qué es y cómo funciona una tarjeta revolving?

Te explicamos lo que es una tarjeta revolving, cómo funciona y cuáles son las ventajas y los riesgos de su contratación.
Una de las opciones al elegir una tarjeta de crédito son las denominadas tarjetas ‘revolving’, modalidad que, todavía hoy, genera muchas dudas entre los usuarios, las cuales se responderán en este artículo, en el que se explica lo qué son, su funcionamiento y contratación, sus ventajas y desventajas y, como no, la forma de hacer un uso responsable de ellas.
mujer eligiendo en el móvil la opción de pago aplazado

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¿Qué es una tarjeta revolving?

Una tarjeta revolving es, como explica el Banco de España, “un tipo de tarjeta en la que se dispone de un límite de crédito determinado, que puede devolverse a plazos, a través de cuotas periódicas”.

Estas cuotas, como sigue indicando el Banco de España, se establecen a partir de “un porcentaje de la deuda existente o como una cuota fija”, pudiéndose cambiar de una a otra (dentro de unos mínimos establecidos por la entidad bancaria).

¿Cual es la principal característica de la tarjeta revolving?

La respuesta es: la renovación mensual de la deuda que se adquiere, al pagar con la tarjeta revolving, la cual, si bien disminuye al pagar las cuotas, vuelve a aumentar al utilizar la tarjeta (pagar una/s compra/s, sacar dinero del cajero, etc.), lo mismo que los intereses o las comisiones que se “vinculan” a ella.

¿Cómo se contrata una tarjeta revolving?

Si se opta por la contratación de una tarjeta revolving, hay que solicitarla al banco (vía online o en oficina) y, de cumplirse las condiciones, este elaborará un contrato en el que se especifica, entre otros aspectos, el importe de la línea de crédito que se le abre al titular (con un límite máximo que no puede sobrepasar) y la modalidad que se elige (porcentaje o cantidad fija), junto al importe que esta supone.

La cuota que se paga, mes a mes, incluye:

  • Capital.
  • Intereses, comisiones y otros gastos asociados.

¿Cómo funciona una tarjeta revolving?

El funcionamiento de la tarjeta revolving es el siguiente:

Una vez se adquiere la tarjeta revolving, y por tanto se dispone de la línea de crédito, se puede empezar a pagar con ella (o retirar efectivo en cajeros, hacer transferencias, etc.). 

Según se vaya utilizando la tarjeta revolving, el dinero se irá restando del crédito del que se dispone, el cual se restaura a través del pago de las cuotas (lo que hace que, cada mes, el “monto” disponible en ella sea distinto).

Recordemos que estas cuotas se pueden pagar de 2 formas:

  • Porcentaje: se escoge un tanto por ciento del saldo pendiente y el importe que resulte es el que se abona cada mes (siempre dentro de unos mínimos y máximos que varían en función de la tarjeta y de la entidad bancaria en la que se haya contratado).
  • Cantidad fija: se escoge pagar una cuota fija (dentro de unos mínimos y máximos que dependen de las condiciones de su tarjeta revolving).

¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de una tarjeta revolving?

Son varias las ventajas de una tarjeta revolving:

  • Se dispone de un crédito “continuo”: se cuenta con una línea de crédito que no termina (si bien es cierto que tiene un límite máximo) y cuyo pago se hace de forma periódica, lo que hace posible su uso sin que, previamente, se liquide la deuda por completo.
  • Se cuenta con mayor flexibilidad: se puede elegir la cantidad a pagar, entre unos mínimos y máximo (marcados por la entidad bancaria), pudiendo cambiarse la “modalidad” en el momento que se quiera.

Este tipo de tarjeta tiene, igualmente, una serie de inconvenientes:

  • Se pagan unos intereses elevados: estos, por lo normal, suelen ser más altos que los aplicados a una tarjeta de crédito tradicional.
  • Se dispone siempre del crédito: si bien es cierto que está incluido como ventaja, también puede ser un inconveniente, dado que, si no se controla el uso de la tarjeta revolving, esta puede generar un gran endeudamiento (por un crecimiento excesivo de la deuda).

¿Cómo se puede dar un uso responsable de la tarjeta revolving?

Existen unas prácticas que pueden ayudar a utilizar la tarjeta revolving de forma más “consciente”:

  • Evaluar, antes de solicitarla, si es realmente necesaria.
  • Leer bien el contrato.
  • No elegir una cuota pequeña (de hecho, es recomendable que sea lo más alta posible, para que la deuda no crezca y afecte a la salud financiera personal y familiar).
  • Controlar lo que se gasta con ella, lo que ayudará a no hacer un sobregasto y, por ende, endeudarse de más.
  • Gestionarla a través de apps y crear notificaciones que avisen de un uso excesivo (o como recordatorio de algún pago concreto).
  • Usar la tarjeta revolving en casos puntuales (y no como forma de pago habitual).
  • Fijar un límite máximo de uso (por ejemplo, un 25% del crédito del que se dispone).

¿Qué otros tipo de tarjeta se pueden utilizar (en lugar de la revolving)?

Si no se está convencido de la contratación de la tarjeta revolving, hay que saber que existen otras opciones a la hora de contratar una tarjeta de crédito.

En BBVA ponemos a disposición de nuestros clientes una amplia gama de tarjetas de crédito, como, por ejemplo, la tarjeta de crédito Aqua Más o la tarjeta de crédito Aqua Máxima, con la se puede fraccionar el pago de las compras de más de 50 €, o incluso todo el recibo mensual de tu tarjeta, en 3 meses sin intereses (0% TIN, 0 % TAE).

Y si lo necesitas, puedes financiar tus pagos de 2 formas: eligiendo el plazo en el que devolver el dinero con pago personalizado (cuota independiente al recibo de las operaciones mensuales que, según el plazo, puede ser: con comisión, con intereses o sin intereses) o eligiendo la cuota mensual (con pago aplazado en modalidad ‘revolving’).

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