Jesús C. Guillén

Profesor e investigador 

"Las funciones ejecutivas son imprescindibles para el éxito en la vida".

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Todos podemos mejorar, podemos aprender durante toda la vida, compartimos otra historia. Se ha visto que los bebés, en el primer semestre, son capaces de diferenciar fonemas, sonidos de cualquier lengua, del chino mandarín, del español, del inglés, a través de un aprendizaje estadístico e inferencial de su cerebro. Sin embargo, en el segundo semestre, se especializan en los sonidos a los que están expuestos; en torno al octavo o décimo mes, ya solo diferencian los sonidos a los que están expuestos en casa, se han convertido en oyentes culturales. Tenemos cerebros plásticos, cerebros sociales, ceberos únicos, ¿tenemos en cuenta estas características en educación?

La neuroeducación es un campo de estudio, un enfoque integrador, transdisciplinar en el que confluyen los conocimientos suministrados por la neurociencia. Debido al desarrollo de las tecnologías de visualización cerebral, podemos analizar el funcionamiento del cerebro de personas calculando, creando, cooperando, jugando, emocionándose, leyendo. Esto es importante, pero se han de integrar estos conocimientos con los que aportan, la psicología y la pedagogía. ¿El objetivo cuál es? Mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje basándonos en los conocimientos del funcionamiento del cerebro. Elegimos cuatro cuestiones que entendemos que son importantes. La primera, vinculada al desarrollo del cerebro, se ha visto que el defecto perjudica, no que el exceso beneficia en la primera infancia, tanto de cero a tres como en la adolescencia, se ha comprobado que se da un proceso de reorganización a nivel cerebral brutal, lo que nos ha demostrado la neurociencia es que la carencia social, afectiva, perjudica el desarrollo a nivel cerebral. Se ha comprobado también que los estatus socio económicos desfavorecidos perjudican el correcto desarrollo de la corteza cerebral. No se sabe exactamente por qué, si debido al estrés, la carencia de estímulos, la mala alimentación, la falta de afecto, pero perjudica. Por otro lado, el exceso, el estrés que se le provoca por debido a la sobre estimulación a los bebés puede ser muy perjudicial, especialmente en regiones del cerebro como la corteza prefrontal, sede de lo más racional. Importante esta etapa de cero a tres. Y en la adolescencia se ha visto que se da una reorganización espectacular del cerebro, seguramente la razón por la que observamos en los adolescentes estas conductas impulsivas, esta necesidad de recompensa, se deba a ese desfase temporal en la maduración de la corteza prefrontal, sede de lo más racional que hasta los veintitantos años no acaba de madurar. Respecto a la maduración del sistema límbico, creemos que la mejor estrategia para afrontar la adolescencia es información.

"Las funciones ejecutivas son imprescindibles para el éxito en la vida".

Los neurocientíficos nos están sugiriendo que los adolescentes no necesitan información, no son conscientes de las decisiones que toman. Necesitan autorregulación. Y la autorregulación se va trabajando con el paso del tiempo, con buenos programas de educación emocional. Los neurocientíficos nos sugieren, por ejemplo, que en el aprendizaje inicial de la lectura, es muy importante es el desarrollo de la ruta fonológica. Esa correspondencia entre los sonidos, los fonemas y las letras, los grafemas, por encima del método global que se había utilizado. O en el aprendizaje inicial de las matemáticas. Años atrás se creía que nacíamos como si fuera un cerebro en blanco, no, no es una tabla rasa, realmente se ha comprobado que los bebés al poco de nacer disponen de una especie de sentido numérico innato, son capaces de diferenciar conjuntos de objetos pequeños, dos respecto a tres, sin necesidad de contar. Son capaces de identificar operaciones aritméticas básicas, en un escenario les colocas un objeto, bajas el telón, ellos ven como colocas otro, levantas el telón y en lugar de aparecer dos objetos la operación aritmética lógica, uno más uno, dos, aparece uno, y se sorprenden ante el suceso imposible. También nos están sugiriendo estas investigaciones aspectos muy relevantes relacionados con las emociones, que no podemos separar lo emocional de lo cognitivo. O respecto a la atención, los neurocientíficos nos están demostrando que no es un constructo único, que existen diferentes redes atencionales, una red de alerta, una red de orientación, pero una especialmente importante: la atención ejecutiva, que nos permite estar concentrados en las tareas, inhibiendo estímulos irrelevantes. ¿Y qué podemos hacer en la práctica para mejorar esta atención ejecutiva tan importante para el estudio, para el aprendizaje? Pues nos lo están demostrando los investigadores, hay software lúdico específico que trabaja estas cuestiones, pero también se está viendo la importancia del mindfulness, la importancia del ejercicio, parones de cuatro minutos, para que los estudiantes puedan moverse, son suficientes para mejorar esta concentración durante las tareas posteriores.

Desde el enfoque de la neuroeducación, para nosotros es imprescindible un aprendizaje desde, en y para la vida. ¿Y cuál es el factor crítico que nos sugieren las investigaciones? Tiene nombre. Se llama “funciones ejecutivas del cerebro”. Son las funciones cognitivas complejas que nos diferencias de otras especies, son las que nos permiten planificar, tomar decisiones adecuadas. Imprescindibles para un buen desempeño de la vida cotidiana, imprescindibles para el rendimiento académico del alumnado.

Los investigadores han visto que las funciones ejecutivas son imprescindibles para el éxito en la vida, si yo no sé controlarme, tendré dificultades en un atasco de tráfico, pero también lo pasaré mal al intentar resolver un conflicto laboral o un conflicto personal, o me costará estar centrado intentando resolver un problema matemático. Lo mejor de todo es que se ha visto que se pueden entrenar; este software lúdico que comentábamos antes, estos programas computarizados, tareas de discriminación visual que permiten trabajarlas. Pero ella cree después de todos estos años, que el mejor enfoque es ir más allá de lo cognitivo. Sabemos lo que perjudica a las funciones ejecutivas o a la sede de las mismas, la corteza prefrontal. ¿Qué te impide tomar una buena decisión? El estrés, la mala salud, la soledad. ¿Qué podemos hacer? Que los niños y adolescentes jueguen, compartan, canten, bailen, dibujen, se muevan; es decir, atender las necesidad físicas, sociales y emocionales de los estudiantes, o si se quiere tener en cuenta, las disciplinas consideradas tradicionalmente como secundarias vinculadas al juego, a la educación física, a la educación artística o a la educación emocional. No estamos hablando de que no sea importante el aprendizaje de las matemáticas, de la lectura, pero tendrían que compartir protagonismo con estas otras disciplinas.

Biografía

Jesús C. Guillén es investigador y profesor del postgrado de neuroeducación de la Universidad de Barcelona y autor del blog: 'Escuela con cerebro'. También colabora con el grupo de investigación del postgrado del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Barcelona, ​​el máster en neurodidáctica de la Universidad Rey Juan Carlos y la diplomatura 'neurociencias y emociones en el aprendizaje' de la Universidad nacional Villa María de Argentina. Para Guillén, la neuroeducación supone un avance para las metodologías de aprendizaje activo, ya que fomentan el desarrollo de diversas competencias para la vida.