¿Cómo puedes ahorrar cobrando 1000 euros?

Puede resultar complejo a simple vista, pero es factible.
Son muchos los que piensan que ahorrar siendo mileurista no es posible. Nada más lejos de la realidad. Si bien es cierto que no es tarea fácil, y que depende de factores adicionales a los ingresos (como el lugar en el que vivamos o la situación familiar que tengamos, por ejemplo), existen varias formas de “hacer hucha” con este nivel de ingresos, de las que vamos a hablar en este artículo. ¿Quieres saber cómo puedes ahorrar cobrando 1.000 euros? ¡Sigue leyendo!

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Ahorrar cobrando 1.000 euros: primeros pasos

Varios son los métodos que, con un poco de esfuerzo, nos ayudarán a cumplir con nuestro objetivo de ahorrar cobrando 1.000 euros. Sin embargo, y para poder llevarlos a cabo, lo primero es conocer a la perfección nuestra economía. Esto implica que hemos de tener constancia tanto de lo que ingresamos (gracias a la nómina y otras ganancias extra) como de lo que gastamos (de forma fija o variable, según el caso). 

Tras ello, y en segundo lugar, hemos de organizar la información obtenida, sobre todo la que se refiere a los gastos. Lo haremos:

- En una libreta o, en su lugar, en una agenda (como la recomendada en el Método Kakebo).

- En una hoja de excel.

- En una app que te ayude a llevar el control de tus gastos (como también hace el área de Salud Financiera de BBVA).

De esta forma, y al tenerlo todo bien ordenado, tendremos una visión real de nuestra economía, pudiendo ver qué gastos están justificados y, sobre todo, cuáles podemos reducir o eliminar.

Ahorrar cobrando 1.000 euros: ¿qué gastos suelen verse afectados?

A la hora de ahorrar, sobre todo cobrando 1.000 euros o menos, todos los gastos deben ser tenidos en cuenta. Sin embargo, y sabiendo esto, son unos pocos los que tienen un peso mayor en las finanzas personales y familiares:

- Alquiler o cuota de la hipoteca: el porcentaje que debemos dedicar al primero debe estar entre el 25% y el 35% de los ingresos que tengamos (en este caso, con un sueldo de 1.000 euros, el máximo sería de 250 € y 350 €). Si, por cualquier motivo, te ves obligado a rebasar este límite, ten en cuenta que deberás rebajar los gastos en otro ámbito para equilibrarlo. En relación al segundo, antes de firmar el contrato de nuestro préstamo hipotecario, negociaremos con nuestro banco una cantidad mensual que se adapte a nuestras circunstancias.

Suministros: el consumo de luz, agua o gas en un hogar medio es considerable, al igual que el gasto generado, lo que hace recomendable la búsqueda de soluciones que nos ayuden a reducirlo. Por ejemplo, y para bajar el coste de todos ellos, es bueno que revisemos las tarifas contratadas, además de compararlas con las de otras compañías. Esto nos permitirá saber si estamos pagando de más y en qué. De igual modo, podemos cambiar algunas de nuestras costumbres usando, por ejemplo, bombillas LED (energía) o reductores de caudal (agua). A todo esto hemos de unir un uso responsable de estos recursos.

- Seguros: al ser varios los que debemos tener contratados (hogar, vehículo, vida, etc.), es muy importante, de cara a ahorrar, que incluyamos en ellos únicamente las coberturas que necesitemos. Además, y como ya ocurría con los suministros, es bueno revisarlos cada cierto tiempo y ver si hay alguno que ya no necesitemos, para así poder eliminarla (y reducir con ello el precio de la póliza).

- Alimentación: ahorrar en ella es más sencillo, a priori, que en los casos anteriores. Para conseguirlo, lo primero es tener conciencia de que solo hemos de comprar los productos que realmente necesitemos (los cuales podemos apuntar en un lista). También puede ayudarnos el revisar las páginas webs de los diferentes supermercados y grandes superficies (de cara a comprobar sus precios y saber cuál es el más barato) u optar, una vez estemos en ellos, por productos de marca blanca (más económicos).

- Ropa: llenar el armario de camisas, camisetas, pantalones, jerseys, sudaderas, zapatillas o zapatos tiene un coste, variable, que no pasa desapercibido en nuestra cuenta bancaria. Si queremos reducirlo, y de igual modo que con la comida, el primer paso será invertir únicamente en las prendas indispensables. De igual modo, comparar entre las tiendas en las que solemos comprar, y otras que no suelen estar entre nuestras habituales, nos permitirá saber cuáles tienen los mejores precios.

Estos serían los gastos más comunes, pero no los únicos. También hemos de contar con lo invertido en las distintas plataformas de contenidos (Netflix, HBO, etc.) o en ocio y entretenimiento (comer fuera de casa o ir al cine, por ejemplo). Prescindir de ellas puede ser una solución si, de tenerlas, nos cuesta llegar a fin de mes.

Ahorrar cobrando 1.000 euros: métodos que nos pueden ayudar

- Método Kakebo: creado en 1904 por la periodista Motoko Hani (con el objetivo de ayudar a llevar, de forma más efectiva, las finanzas del hogar), consiste en apuntar cada gasto realizado en una agenda (o libro de cuentas), ordenado por categorías basadas tanto en el tiempo (días, semanas o meses) como en la temática (alimentación, ocio, etc.). De esta forma, podremos ponernos metas de ahorro factibles, al conocer el estado real de nuestra economía.

- Método Harv Eker: promueve el reparto de los ingresos en base a unos porcentajes previamente fijados, destacando el 55% para las necesidades de primer nivel (luz, agua, alimentos, etc.), el 10% para formación o para actividades que satisfagan un gusto personal o, también, el 5% para donativos. 

- El reto de las 52 semanas: recomienda introducir en un recipiente, de forma progresiva, la cantidad de dinero equivalente a la semana en la que se esté. Un método que tiene su equivalente “mensual” (reto de los 30 días), en el cual se incluye diariamente (y no semanalmente).

- Método de los sobres: tras reunir ‘en efectivo’ todo el dinero que se ha ganado, este se distribuye en sobres (cada uno con una tipología de gastos distinta), añadiendo en ellos la cantidad exacta que vayamos a necesitar. Por último, ordenamos los sobres por prioridad, quedando al final los más superfluos. ¿El objetivo final? Ahorrar el 10% de los ingresado.

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