A la hora de asegurar tu coche, dispones de varias posibilidades: desde un seguro a todo riesgo (con o sin franquicia), más completo, a un seguro a terceros, más básico. Y para escoger el seguro más adecuado debes tener en cuenta varios factores como, por ejemplo, la antigüedad del vehículo y el uso al que se destina. No es lo mismo asegurar un vehículo nuevo, recién salido del concesionario, que un auto con diez años de antigüedad, o asegurar un vehículo que utilizamos a diario para ir a trabajar o estudiar en lugar de un vehículo que solo cogemos los fines de semana.
Las probabilidades de sufrir un imprevisto no son las mismas en cualquiera de las circunstancias que acabamos de comentar. Por ello, es imprescindible elegir la modalidad de seguro que mejor se adapte a tus necesidades. Con este objetivo, una opción perfecta puede ser un seguro a todo riesgo con franquicia, la combinación ideal entre garantía y precio. ¿En qué consiste? En este artículo te damos todos los detalles.
El valor de un seguro de coche con franquicia
Además de ser obligatorio para circular, el seguro de coche debe adaptarse a nuestra situación personal y cubrir cualquier tipo de circunstancia que consideremos importante. Sin embargo, eso no significa que no podamos obtener un buen producto a un precio competitivo. Y es aquí cuando entra en escena el seguro a todo riesgo con franquicia, pensado para aquellos que buscan un seguro más barato, pero sin perder coberturas.
¿Qué es una franquicia y cómo funciona?
El seguro a todo riesgo con franquicia implica, como su propio nombre indica, la inclusión de una franquicia. ¿Y qué significa este concepto?
Se trata de una cantidad acordada entre el cliente y la compañía de seguros al contratar la póliza, la cual se utiliza para establecer la cuantía que, en caso de siniestro, el cliente deberá afrontar por sí mismo. Es decir, se trata de un límite fijado que decidirá si los costes de un siniestro deben ser asumidos por el asegurado o por la aseguradora.
Este concepto es incluso más fácil de comprender con un sencillo ejemplo:
Imagina que cuentas con un seguro a todo riesgo con franquicia de 250 € y tienes la mala fortuna de abollar tu coche en el garaje. En este caso, al tratarse de una leve incidencia, la reparación de chapa costaría 150 €, una cifra, por tanto, inferior a la franquicia, lo que significaría que, de dar un parte, serías tú quien asumiría el coste de la reparación y no la aseguradora. Si, en otro supuesto distinto, la reparación o el coste asociado al siniestro fuese superior a 250 €, por ejemplo 600 €, la cuantía hasta esos 250 € correría de tu cuenta y el resto (350 €) lo pagaría la aseguradora.
¿Qué cobertura tiene un seguro a todo riesgo con franquicia?
Un dato muy importante que hay que tener en cuenta es sobre quién recae la responsabilidad del siniestro. La franquicia solo se aplica si hemos sido culpables del siniestro en cuestión, pero cuando el causante del daño es un tercero, esta no se aplicará. Asimismo, en caso de que el siniestro sea culpa nuestra y haya un tercero implicado, nuestro seguro a todo riesgo (con franquicia) cubrirá la Responsabilidad Civil relativa a ese tercero y la franquicia se aplicará únicamente a los daños propios.
No hay que olvidar, además, que hay diferentes tipos de franquicias. Generalmente, oscilan entre los 150 € y los 1.200 €, aunque igualmente dependerá de la oferta de cada aseguradora y del tipo de riesgo que decidamos asumir.
Seguro a todo riesgo con franquicia: ¿para quién es una opción recomendable?
Como ves, un seguro de automóvil es un producto verdaderamente personalizado y que tiene unas características u otras en función de cada conductor, por lo que los perfiles más adecuados para un seguro a todo riesgo con franquicia son también relativos. Sin embargo, sí que pueden establecerse ciertos parámetros de forma general al evaluar su contratación.
Sin duda, el seguro a todo riesgo con franquicia puede convertirse en una buena opción para aquellos que no tienden a sufrir siniestros, ya que, aunque un accidente es imprevisible, hay menos posibilidades de que tengan que asumir los costes determinados por la franquicia cuando se producen siniestros leves (por ejemplo, raspar la carrocería al realizar una maniobra o al aparcar). Eso sí, los conductores con pericia y un buen historial deben valorar qué es más rentable: el ahorro de la póliza con franquicia o beneficiarse de las bonificaciones de un seguro a todo riesgo sin franquicia.
¿Y si es al contrario? El seguro a todo riesgo con franquicia no es recomendable para los conductores que sufren siniestros con relativa frecuencia, puesto que, lógicamente, lo que llegan a ahorrarse en la póliza pueden acabar pagándolo en pequeñas reparaciones que el seguro no cubrirá si el coste está por debajo del límite establecido por la franquicia.