Cómo pedir una hipoteca: guía completa

Conoce paso a paso cómo pedir un préstamo hipotecario.
Contratar una hipoteca es un proceso largo que requiere de esfuerzo y dedicación. Tomarse tiempo en recopilar información y estudiar detenidamente las opciones y posibilidades resulta indispensable para conseguir la mejor financiación. Por eso, esta guía pretende aclarar cada paso, de forma que sea más fácil solicitar una hipoteca y disfrutar cuanto antes de tu nuevo hogar.

Recopilar información y comparar entre las distintas hipotecas disponibles

Si ya nos hemos decidido a comprar una vivienda y necesitamos pedir una hipoteca, lo primero que debemos hacer es recopilar previamente toda la información disponible para no dar ningún paso en falso. Es importante conocer la situación del mercado hipotecario, por lo que debemos buscar, comparar y estudiar las ofertas de cuantos más bancos mejor.

Como compradores debemos pensar, antes de pedir la hipoteca, cuál es la que se adapta mejor a nuestras necesidades: si seremos capaces de hacer frente a los pagos periódicos, el plazo de amortización, ver cuáles son nuestros ahorros y añadir unos márgenes para gastos imprevistos. Dicho esto, es recomendable conocer nuestra cuota de endeudamiento y que esta no supere el 30-35 % de los ingresos netos del titular.

En este primer paso antes de contratar nuestra hipoteca, la clave es comparar. Al consultar diferentes ofertas de préstamos hipotecarios de distintas entidades o de una misma entidad vamos a poder establecer diferencias y comprender mejor lo que nos ofrecen.

Durante este proceso de recopilación de información, previo a la solicitud de la hipoteca, es aconsejable apuntar todas las dudas posibles para luego plantearlas a los profesionales. En las condiciones y requisitos de una hipoteca encontramos términos que pueden ser difíciles de entender y que incluso pueden confundirnos. Veamos algunos de los más importantes.

Tipos de hipotecas

Una vez que tenemos la documentación, el siguiente paso al solicitar una hipoteca es conocer sus clases. Las hay:

A tipo fijo: la cuota a pagar y el tipo de interés que se aplica no variarán durante la vida de la hipoteca. Se paga la misma cuota, aunque los tipos de interés del mercado suban o bajen.

A tipo variable: el tipo de interés está vinculado a un índice de referencia (el más habitual es el euríbor). De esta manera, la cuota variará según lo haga en las revisiones.

.- A tipo mixto: contratar este tipo de hipoteca supondrá que se aplique un tipo fijo durante los primeros años del préstamo para después pasar a aplicar un interés variable con referencia, normalmente, al euríbor.

como pedir hipoteca

En qué te tienes que fijar para pedir tu hipoteca

Tras este proceso de recopilación de información podemos comenzar a profundizar en el coste de nuestro préstamo hipotecario. Aquí entran en juego tres términos importantes: TIN, TAE y euríbor.

TIN

Es el acrónimo de Tipo de Interés Nominal. Hace referencia al precio que cobran las entidades por prestar dinero. Este interés se calcula aplicando un porcentaje o tipo sobre el capital prestado al cliente. Dicho porcentaje se aplica sobre el capital pendiente de devolución en cada momento. No incluye los gastos y comisiones.

TAE

Es el acrónimo de Tasa Anual Equivalente. Supone el tipo de interés que indica el coste efectivo de un préstamo durante un periodo determinado. Se calcula de acuerdo con una fórmula matemática que tiene en cuenta el tipo de interés nominal de la operación, la frecuencia de los pagos (mensuales, trimestrales, etc.), las comisiones bancarias y algunos gastos generados por la operación. Permite comparar entre distintas ofertas el coste efectivo de un mismo producto.

Euríbor

Es un índice que indica el tipo de interés promedio al que las principales entidades financieras europeas se prestan dinero entre sí a corto plazo, por lo que fluctúa constantemente. Esta oscilación constante del euríbor es la que define la variación de la cuota, que se suele revisar semestral o anualmente (en el caso concreto de BBVA, se hace cada 12 meses).

Las comisiones asociadas a una hipoteca

Otro aspecto muy importante, a valorar antes de pedir la hipoteca, es el de las comisiones asociadas. Además de hacer frente a un pago durante un periodo que generalmente va de los 20 a los 30 años, dependiendo del banco en el que contratemos el préstamo hipotecario, tendremos que pagar unas comisiones u otras. Veamos algunas de las más habituales:

- Comisión de apertura: se calcula sobre el total del préstamo hipotecario. Esta comisión se paga al inicio del préstamo hipotecario como compensación a la entidad bancaria por los trámites y gestiones de la formalización del préstamo.

- Comisión de cuenta asociada a la hipoteca: algunas entidades bancarias requieren la apertura de una cuenta que servirá para gestionar el pago de las cuotas. Esta puede tener comisiones asociadas.

Comisión por cancelación por reembolso anticipado (total o parcial) en el ámbito LCCI: se puede adelantar una parte o todo lo que falte por pagar de la hipoteca. En este caso, además de la cantidad que desees reembolsar, tendrás que abonar los intereses y una cantidad como compensación por reembolso anticipado total o parcial, equivalente a la pérdida financiera que pudiera sufrir el Banco: 

- Para Hipoteca Variable, existen dos opciones a las que pueden optar las entidades bancarias:

- Durante los 5 primeros años, el límite será de 0,15 % del capital reembolsado anticipadamente. A partir del 6º año (inclusive), será del 0 % del capital reembolsado anticipadamente. 

- Durante los 3 primeros años, el límite será de 0,25% del capital reembolsado anticipadamente. A partir del 4º año (inclusive), con el límite del 0%.

- Para Hipoteca Fija, la ley fija, para las entidades bancarias, lo siguiente: 

- Durante los 10 primeros años, el límite será de 2% del capital reembolsado anticipadamente. A partir del 11º año (inclusive), será del 1,5 % del capital reembolsado anticipadamente.

Requisitos más comunes para solicitar una hipoteca

Los principales requisitos a la hora de pedir una hipoteca tienen que ver con la solvencia económica del cliente (aunque no son los únicos):

- Tener ingresos fijos: la estabilidad económica es clave a la hora de contratar una hipoteca. El banco pedirá nóminas y la vida laboral a fin de conocer mejor el flujo de ingresos.

- Gozar de una buena solvencia económica: la concesión de la mayor parte de los préstamos hipotecarios está sujeta a la ausencia de deudas pendientes de pago por parte del cliente que lo solicita.

Además, se debe tener en cuenta, a la hora de solicitar una hipoteca, que estas cuentan con un límite de financiación (hasta el 80% del valor del inmueble) así como un periodo de amortización determinado, que oscila entre los 20 y los 30 años.

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