¿Por qué se debe ahorrar energía eléctrica?

Te explicamos en qué consiste, cómo conseguirlo y cuáles son los beneficios del ahorro energético.
Ahorrar energía eléctrica, hoy en día, es un “ejercicio” que todos deberíamos realizar. No solo por el beneficio que supone para el bolsillo reducir el importe de la factura, sino también por el efecto positivo que puede tener sobre el planeta. En este artículo, vamos a explicarte qué es el ahorro energético, cómo puede conseguirse y cuáles son los beneficios de ahorrar en energía eléctrica. Si estás interesado en saber más al respecto… ¡No dejes de leer!

¿En qué consiste el ahorro energético?

El ahorro energético consiste en utilizar de forma eficiente la energía. Esto significa que al usar una menor cantidad de electricidad, en comparación con la que se empleaba habitualmente, se obtendrán los mismos resultados (o, incluso, mejores).

¿De qué manera se puede ahorrar energía?

Ahorrar energía en el hogar, y también en la oficina, es más fácil de lo que, en principio, puede parecer. Solo hay que adoptar una serie de medidas en el día a día:

- Apagar las luces: dado que la iluminación de la casa conlleva un importante gasto energético, este sencillo gesto es fundamental para rebajar, en cierta medida, la factura de la luz.

- Cambiar la iluminación: el consumo de las bombillas incandescentes es superior al que realizan las de tipo LED, por lo que el uso de estas últimas, en todas las lámparas de la casa, es altamente recomendable si lo que se quiere es ahorrar energía.

- No dejar encendidos los aparatos: otra pequeña acción que va a reportar un gran beneficio es evitar el ‘gasto fantasma’. Si bien los aparatos no suelen quedarse encendidos, sí que es habitual que permanezcan en ‘stand by’ (lo que se representa con una pequeña luz de color rojo). Desenchufarlos de la corriente va a generar un ahorro en el consumo energético.

- Hacer un uso eficiente del aire acondicionado y la calefacción: para estar fresco en verano y caliente en invierno, a la par que se ahorra energía, basta con mantener el termostato a 24 ºC en el primer caso y a 21 ºC en el segundo. Un grado más en invierno, o uno menos en verano, incrementan el consumo de energía entre un 7% y un 11%.

Junto a estas, existen otras maneras de ahorrar energía, como, por ejemplo, el uso de energías renovables (como, por ejemplo, la solar), el aprovechamiento de la luz natural (abriendo, siempre que sea posible, las ventanas y las persianas o cortinas), la contratación de la potencia adecuada o la compra de electrodomésticos eficientes (de tipo A o superior).

¿Por qué se hace ‘casi imprescindible’ ahorrar energía?

El primer ‘porqué’ es económico. Ahorrar en el consumo de energía supone una rebaja en el coste de la factura que, mes a mes, llega desde la compañía eléctrica que proporciona el servicio. 

El segundo ‘porqué’ es medioambiental. Ahorrar en el consumo de los recursos energéticos que ofrece el planeta, excesivo en estos momentos, beneficia a las generaciones presentes y, también, a las futuras, de igual modo que lo hace el uso de las energías renovables (solar, eólica, etc,), en sustitución de las fósiles (más perjudiciales para el planeta).

El tercer ‘porqué’ es por dependencia. La electricidad que se consume en España es producida, en un alto porcentaje, en otros países. El ahorro en energía, junto al uso de energías renovables (de producción propia), puede reducir ese vínculo y ofrecer una mayor autonomía energética.

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