Orientación de la casa: ¿influye en su precio?

La orientación de la casa que se va a comprar es uno de los factores a tener en cuenta al elegir una vivienda u otra (junto a su ubicación, sus dimensiones o su estado de conservación), dado que influye, y mucho, en su precio. En este artículo vamos a explicarte, con detalle, la forma en la que repercute en él y, en base a ello, te indicaremos qué opción has de escoger (según la zona en la que se encuentre la vivienda que te gusta).

Lo primero, antes de conocer sus ventajas e inconvenientes, es saber en qué consiste la orientación de una casa. Se trata de la posición que la vivienda va a ocupar, o ya ocupa, con respecto al sol. Puede ser: norte, sur, este y oeste (junto a sus variantes que son, por ejemplo, noreste, suroeste, etc.). 

¿Por qué es tan importante la ‘orientación de la vivienda’?

Según la orientación de la casa, así será la luz natural que incida en ella, lo que repercute en el consumo de energía que se realiza y, por ende, en la calificación energética de la vivienda (hecho que afecta a su precio, no siendo el mismo para una casa de Tipo A o B que para una catalogada como C o inferior). 

Por eso, y así lo indican los expertos, es fundamental que, al comprarla, revisemos “hacia donde mira” la fachada, ya que esto puede generar un ahorro, en iluminación y/o climatización, hasta de un 70% (lo que implicaría, en la mayoría de los casos, un certificado de tipo A o B, elevando, previsiblemente, su precio de compraventa).

Lo primero, al calcular la orientación de una casa, es conocer de qué forma se mueve el sol: siempre va a “nacer” por el este y se va a “poner” por el oeste. También hay que tener en cuenta la zona (norte o sur) en la que se encuentre la casa: según sea una u otra, así va a incidir el sol en la vivienda (en el norte, se recomienda la compra de casas que estén orientadas al sur, siendo a la inversa en el sur, donde se recomiendan las viviendas que “miren” al norte).

Si se quiere saber la orientación de una casa, antes de comprarla, basta con acceder a los planos de la misma. Si el vendedor no dispone de ellos, existe la opción de consultarlos en el Catastro. Una vez se tengan, los planos han de colocarse “mirando” al norte, hecho que ayudará a saber hacia qué punto cardinal se orienta cada parte de la vivienda.

Algo similar, y sin desplazamientos, se puede conseguir con Google Maps. Indicando la dirección de la vivienda, y colocando “hacia el norte” el mapa que resulte de la búsqueda, se dispondrá de la orientación de casa, y de sus estancias, con precisión. También, y solo si se tiene acceso a ella, se puede utilizar una brújula para conocer, de primera mano, la orientación de la casa. 

¿Cómo se puede saber la orientación de una casa?

Si no se tiene clara la orientación de la vivienda que se va a comprar, y no se quiere recurrir a ninguna de las opciones que se explican en el apartado anterior, existe un sencillo truco que puede ayudar:

• Si se ve salir el sol de enfrente: la orientación de la casa es Este.
• Si se ve salir el sol por detrás: la orientación de la casa es Oeste.
• Si se ve salir el sol por la derecha: la orientación de la casa es Norte.
• Si se ve salir el sol por la izquierda: la orientación de la casa es Sur.

Que la casa se oriente hacia el norte significa que la luz va a incidir a primera hora de la mañana y a última de la tarde. Esto la convierte en la opción adecuada para aquellos lugares que cuentan con mucho calor en verano y que, en invierno, no son muy fríos. 

Que la casa se oriente hacia el sur significa que la luz va a incidir en la vivienda durante, prácticamente, la totalidad del día (durante todo el año). Esto puede suponer, si también se acondiciona bien la vivienda, la reducción del consumo energético en ella y, más en concreto, en las estancias “preferentes” para este tipo de orientación (como las habitaciones y el salón).

Que la casa se oriente hacia el este significa que la incidencia de la luz va a darse, únicamente, por las mañanas (evitando, por tanto, que la casa “quede expuesta” en las horas más “calurosas” del día). Además, el calor que se ha ido acumulando en las estancias, a lo largo de la mañana y hasta el mediodía, se va liberando, poco a poco, en la tarde, rebajando el consumo de energía eléctrica. Eso sí, en invierno, las tardes son más frías.

Que la casa se oriente hacia el oeste significa que la incidencia de la luz va a darse, únicamente, tras el mediodía (o lo que es lo mismo, en las horas más calurosas). Esto va a ayudar, como hemos avanzado, a que las casas que se sitúen en zonas con un clima más frío, mantengan “una buena temperatura” durante la tarde y la noche.