Emprendimiento social: beneficio más allá del dinero

Las iniciativas de emprendimiento social no solo reporta un beneficio económico, sino que su principal meta es generar impacto positivo en la sociedad.

“Tú debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”. Esta célebre frase, que suele aludirse a Mahatma Gandhi, sintetiza la esencia del denominado emprendimiento social, una novedosa forma de emprender que no se limita a buscar exclusivamente el beneficio económico, sino que persigue crear valor para el conjunto de la sociedad. De un tiempo a esta parte, el emprendimiento social ha ganado visibilidad y, actualmente, existen alrededor del mundo numerosos ejemplos de esta nueva manera de emprender.

Si aún no has oído hablar del concepto de emprendimiento social o no tienes claras cuáles son sus características ni qué ventajas puede generar a nivel colectivo, sigue leyendo, porque en este artículo encontrarás explicado en qué consiste, así como cuáles constituyen las etapas más habituales de los proyectos que llevan a cabo los emprendedores sociales. ¿Quieres saber más? ¡No dejes de leer!

¿En qué consiste el emprendimiento social?

En pocas palabras, el término emprendimiento social da nombre al proceso por el que se detecta un problema dentro de un entorno social y se termina resolviendo mediante una solución creativa e innovadora que revierte en beneficio de toda la comunidad. En base a esta definición, el emprendimiento social parte tanto de la sensibilidad y destreza a la hora de descubrir carencias en la sociedad como de la capacidad para poner en marcha una empresa o un negocio que consiga dar la vuelta a esta complicada situación.

Si la detección de una problemática social constituye la base necesaria sobre la que se edifica esta fórmula de emprendimiento, el desarrollo de la solución siempre debe conllevar la implantación de un proyecto emprendedor a través del que se puedan elaborar y comercializar los bienes y servicios de consumo que producirán los ingresos y el valor social. Debido a ello, determinar aspectos como qué artículo o servicio se ofrece, cómo opera el negocio y quiénes son los socios, entre otros elementos, cuenta con una importancia capital.

A fin de cuentas, en proyectos de emprendimiento social, no son las ganancias adquiridas las que marcan su éxito, sino el grado de impacto sobre la sociedad. Sin embargo, pese a esto, no ha de confundirse lo que hace un emprendedor social con el trabajo de las ‘ONGs’ y organizaciones sin fines lucrativos. Mientras que estas últimas renuncian al beneficio económico, el emprendimiento social sí trata de conseguir rendimiento financiero, aunque siempre lo reinvierte prácticamente en su totalidad con el propósito de así promover causas a favor de la comunidad y el cambio social.

emprendimiento social

¿Qué caracteriza a un emprendedor social?

Destinar aquello que se gana con el negocio a seguir mejorando la vida de los demás supone una de las características más distintivas de los emprendedores sociales, personas que combinan un fuerte compromiso social con la motivación y el coraje para intentar modificar eso que dentro de una comunidad no funciona como debiera. 

Por supuesto, además de una inquieta conciencia social, este tipo de emprendedores también posee los rasgos distintivos de las personas empresarias o, lo que es lo mismo, tienen las cualidades indispensables para saber gestionar un negocio, trazar la estrategia, organizar el día a día y guiar al equipo de profesionales que allí trabaja. 

Como se avanzaba con anterioridad, en el emprendimiento social todo parte de identificar cuáles son los desafíos sociales más urgentes y, a partir de este punto, aportar soluciones prácticas que aúnen innovación y oportunidad. De cara a salir airosos de un reto de tamañas dimensiones, los emprendedores sociales apuestan por fomentar la organización, el trabajo colectivo y efectuar una gestión responsable del proyecto.

Hoy en día, ya hay numerosas empresas que operan gracias al emprendimiento social. Ejemplo de ello puede ser una plataforma de ‘crowdfunding’ (en castellano, ‘micromecenazgo’ o red de financiación colaborativa de proyectos, casi siempre a través de Internet) donde solo son susceptibles de recibir fondos las iniciativas diseñadas para impactar positivamente en la comunidad.

Independientemente de la modalidad de negocio en cuestión, las acciones de emprendimiento social, desde su concepción hasta el funcionamiento a pleno rendimiento, suelen seguir las siguientes cuatro fases o etapas:

  • Identificación del desafío social: a raíz de un análisis concienzudo de la comunidad y el entorno más próximos, se identifican las necesidades sociales para poder fijar una idea a partir de la que iniciar el emprendimiento que se pretende poner en práctica.
  • Confección del plan de actuación: el plan de actuación o de acción señala de qué modo se llevará a cabo el proyecto de emprendimiento social. Asimismo, este plan contiene una previsión del presupuesto y constituye un argumento de venta para obtener financiación.
  • Búsqueda de financiación: los emprendedores sociales han de prever qué cantidad de fondos necesita el negocio, cómo se usarán estos y cuáles serán las fuentes de dichos recursos económicos.
  • Implementación y difusión: es momento de ejecutar el proyecto de emprendimiento social y, una vez realizado, recuerda medir y evaluar los resultados conseguidos.

BBVA Momentum, programa de apoyo a emprendedores sociales

Como en toda acción de emprendimiento, obtener los recursos económicos necesarios para arrancar el proyecto resulta un factor imprescindible sin el cual la iniciativa puede verse abocada a no alcanzar las metas proyectadas. Así pues, en la mayoría de las ocasiones, los emprendedores sociales precisan de financiación que les permita transformar en realidad sus proyectos.

Siempre creando oportunidades, el programa BBVA Momentum ayuda a crecer a negocios que apuestan por impactar de forma positiva en la vida de los demás. Con una duración de cinco meses, BBVA Momentum es un programa que apoya a empresas de emprendimiento social en áreas como formación, acompañamiento estratégico, financiación, colaboración, ‘networking’ y visibilidad. 

Lanzado en el año 2011, en BBVA Momentum han participado emprendedores sociales de países como Colombia, España, Estados Unidos, México, Perú y Turquía. Si deseas conocer más detalles sobre este programa de BBVA a favor del emprendimiento social, consulta toda la información en bbva.es y en la ‘app’ de BBVA.