Tarjetas ecológicas: así ayudan a proteger el planeta

Fabricadas a partir de materiales reciclados, las nuevas tarjetas ecológicas reducen su impacto medioambiental al tiempo que contribuyen a disminuir la huella de carbono.
En el avance hacia un planeta más sostenible, todos los sectores de actividad desempeñan un papel crucial. Lograr objetivos tan ambiciosos como preservar y recuperar el medio ambiente, o reducir la huella de carbono, suponen un desafío que afecta a la sociedad en su conjunto. Esto incluye también a las entidades financieras, las cuales afrontan el reto de adaptar su operativa y su catálogo de productos bancarios a una nueva forma de operar más respetuosa con el entorno (‘eco-friendly’). Las tarjetas ecológicas son un ejemplo de ese gran paso hacia delante en la defensa de un mundo verde.

Tarjetas ecológicas, ¿de qué materiales se componen?

BBVA es la primera entidad financiera europea que distribuye entre sus clientes tarjetas fabricadas a partir de materiales procedentes de plásticos con origen reciclado: las llamadas tarjetas ecológicas. 

Debido a este hecho, desde el 11 de junio las nuevas tarjetas de prepago o crédito que soliciten o renueven los clientes jóvenes menores de 30 años tendrán en su composición un 86% de PVC (policloruro de vinilo) reutilizado. Se trata de un componente que se elabora mediante el reciclado de productos plásticos y que cuenta con el grado de valor más alto dentro de la industria mundial. Esta medida se extenderá a partir del mes de septiembre también a las tarjetas de débito de los jóvenes; un estudio interno de BBVA recoge que el 93% de los clientes jóvenes desearía que todas sus tarjetas fuesen sostenibles.

El policloruro de vinilo escogido por el banco procede de actividades industriales tan dispares como el sector de la automoción, el embalaje o la impresión. BBVA, además, ha adoptado el compromiso de que a finales del presente año este material provenga de un origen 100% reciclado, incluyendo el ‘chip’. Y es que, según estimaciones del Banco de España, el número de tarjetas de crédito y débito en circulación a lo largo y ancho de todo el país supera los 84 millones. Para la fabricación de este inmenso volumen de tarjetas se han debido emplear cientos de toneladas de plástico. De ahí el alto valor que aporta poder reducir el porcentaje de material no reciclado que se emplea en la elaboración de una tarjeta ecológica.

¿Cómo ayudan las tarjetas ecológicas a preservar el medio ambiente?

En la fabricación de tarjetas ecológicas, el uso de componentes reciclados, mucho menos dañinos para la naturaleza al no consumir nuevos recursos sino elementos ya previamente explotados, es una de sus principales virtudes. 

El foco de acción también se dirige en estos momentos a implementar mejoras dentro del propio proceso de confección de estas tarjetas ecológicas (por ejemplo, hallar un modo de retrasar el momento en que las bandas magnéticas pierden sus propiedades). Avances que se conseguirán mediante la modificación de los procesos que participan en la fabricación de una tarjeta, ya que se considera que puede reducirse a la mitad el actual nivel de emisiones de dióxido de carbono (CO2) implicado en su producción.

La tarjeta para jóvenes pionera entre las tarjetas ecológicas

Un total de más de 300.000 tarjetas ecológicas de BBVA, realizadas a partir de material reciclado, se pondrán en circulación antes del cierre de 2020. En la parte posterior de cada una de ellas, podrá leerse que ha sido “producida con plástico reciclado”. Para la elección del policloruro de vinilo reciclado de sus nuevas tarjetas, BBVA ha llevado a cabo un estudio en profundidad durante un año en el que se ha analizado tanto el tipo de material elegido como la huella contaminante que acarrea su fabricación, transporte y personalización última.

Finalmente, el policloruro de vinilo reutilizado garantiza el aprovechamiento de plásticos ya usados, lo que ayuda a frenar la proliferación innecesaria de este tipo de materiales agresivos con la naturaleza, y arroja, en términos de conjunto, un menor impacto medioambiental. Durante esta investigación, también se han probado y tenido en cuenta otro tipo de componentes formados por materias primas vírgenes.

BBVA, una entidad financiera comprometida con el desarrollo sostenible

Las Naciones Unidas, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), han pedido cooperación a escala global en la lucha contra la pobreza y en pro de unas pautas de producción y consumo que permitan cuidar del planeta. BBVA ha respondido a esta llamada para luchar contra el cambio climático con la iniciativa Compromiso 2025 que, en el acumulado de su segundo año, ha movilizado 29.902 millones de euros en finanzas sostenibles, casi un tercio del total de 100.000 millones de euros de dicho compromiso. Operaciones en financiación verde, infraestructuras sociales y agroindustria, y otra financiación sostenible conforman gran parte del capital movilizado.

Asimismo, el banco realiza esfuerzos para reducir su huella ambiental. Sobre este punto, BBVA fomenta la utilización energías renovables, con el firme propósito de haber rebajado en un 68% (respecto a 2015) las emisiones de dióxido de carbono al cierre del año 2025.