Cómo funciona la jubilación forzosa o anticipada por cese involuntario

Si tienes que dejar de trabajar al final de tu vida laboral, quizás puedas acceder a una jubilación anticipada derivada del cese no voluntario

Si la noticia de un despido es siempre desagradable, más complicado es éste cuando se produce en los años previos a la jubilación, dadas las consecuencias que puede tener en los últimos años de vida laboral y, sobre todo, en la jubilación.

Para aquellos que cesan de manera involuntaria, existe una modalidad de jubilación forzosa a la que se puede acceder hasta 4 años antes de la edad ordinaria. Se le conoce, coloquialmente, como jubilación anticipada involuntaria (o derivada del cese no voluntario en el trabajo) y exige, entre otros requisitos, acreditar al menos 33 años de cotizaciones, proceder de un cese involuntario por causas objetivas de reestructuración empresarial y encontrarse inscrito como demandante de empleo desde al menos 6 meses antes de la fecha de solicitud de jubilación.

¿Te has visto afectado por una jubilación anticipada involuntaria y quieres saber qué significa esto exactamente para ti? En tal caso, has dado con el artículo idóneo, ya que aquí te contamos algunos pormenores de esta medida y, sobre todo, en qué se traduce a la hora de recibir una prestación.

El marco legal de la jubilación anticipada involuntaria

Desde el 17 de marzo de 2013 existe una nueva modalidad para la jubilación forzosa anticipada que se hace efectiva cuando el trabajador se ve obligado a cesar su empleo. Se trata de un cauce para conceder una prestación a cierto grupo de trabajadores que, por condiciones particulares, se vean impedidos en gran medida a acceder a una jubilación de índole general.

El primer aspecto relevante para aquellos que se ven afectados por una jubilación anticipada involuntaria es la edad. Para poder acceder a ella, el trabajador debe tener obligatoriamente menos de cuatro años de la edad exigida por ley para acceder a la jubilación (sin que a estos efectos resulten de aplicación las bonificaciones de edad, de las que puedan beneficiarse los trabajadores de algunos sectores profesionales por la realización de actividades penosas, tóxicas, peligrosas o insalubres y las personas con discapacidad igual o superior al 45% o al 65%). 

Esta es la condición imprescindible para acceder a esta modalidad de jubilación. Ahora bien, además se exigen los siguientes requisitos adicionales:

- Darse de alta como demandante de empleo durante, por lo menos, seis meses antes de la solicitud de la jubilación anticipada involuntaria.

- Acreditar al menos 33 años efectivos de cotizaciones.

- Que el cese de la actividad laboral se haya producido a causa de una situación de reestructuración empresarial.

¿Cuáles son los supuestos que se consideran “situación de reestructuración empresarial”? Según la Seguridad Social, en función del reglamento del Estatuto de los Trabajadores (ET), tales casos son:

- Despido colectivo, conforme al art. 51 del ET.

- Despido objetivo, conforme al art. 52.c del ET.

- Extinción del contrato por resolución judicial.

- Cese por muerte, jubilación o incapacidad del empresario individual, conforme al art. 44 del ET.

- Extinción del contrato de trabajo por fuerza mayor, conforme al Art. 51.7 del ET.

- En el caso de la mujer trabajadora, extinción de la relación laboral a consecuencia de ser víctima de violencia de género.

Las implicaciones de la jubilación anticipada involuntaria

Acceder a esta modalidad de jubilación forzosa implica ver penalizada la cuantía de la pensión a través de coeficientes reductores que dependerán de los años cotizados. Éstos pueden llegar al 1,875% por cada trimestre o fracción de trimestre de anticipación respecto a la edad ordinaria para aquellos trabajadores con un período de cotización inferior a 38 años y 6 meses. Esto significa que un trabajador que anticipe la jubilación los 4 años que le permite la ley podría ver reducida su pensión un 30%. ¿Por qué se aplica esta reducción? Para compensar el hecho de que quien se jubila antes va a percibir la pensión durante un mayor número de años que quien lo hace a edad ordinaria, por lo que la cuantía, para hacer equitativos ambos casos, debe verse reducida.

Dicho lo cual, no hay duda ante un hecho común: la noticia de un despido próximo a la edad legal de jubilación es una muy mala noticia. Además, al producirse en un momento de la vida profesional bastante vulnerable, al trabajador le suele quedar poco margen de maniobra para reaccionar. Ahora bien, este hecho se puede prever y prevenir en cierto modo desde años antes.

¿Estás pensando en jubilarte? BBVA quiere ayudarte

BBVA ha creado un espacio en el que, como experto en vivir, podrás encontrar todos los productos y servicios que el banco ha dispuesto para ti. Estos harán más sencillo tú día a día, además de ayudarte a tener controladas tus finanzas, lo que permitirá que crezcan tus ahorros, y a sacar la mayor rentabilidad de ellos. Y si estás pensando en hacer un viaje, cuentas con distintos paquetes a todo tipo de destinos y con varias ventajas por ser cliente de BBVA. Y lo mejor es que podrás hacerlo online, bien desde la app de BBVA o entrando en bbva.es, en cualquier momento y lugar. De igual modo, si así lo deseas, te atenderemos en tu oficina BBVA. ¿A qué esperas?

También podría interesarte