Un mercado complaciente frente a los riesgos apuntala la tendencia alcista de corto plazo
Álvaro Manteca, responsable de estrategia de inversión de Banca Privada de BBVA.

22/05/2023

El impulso macroeconómico en Europa está decepcionando, lastrado por la preocupante divergencia entre la robusta actividad del sector de servicios y la intensa desaceleración en la actividad industrial. Esto último importa más en Europa que en otras regiones, dada la mayor dependencia de sus principales economías, como Alemania, del sector manufacturero. Al otro lado del atlántico, la temida desaceleración económica en Estados Unidos no da señales de estar tomando forma y la actividad está resistiendo bastante bien. Los datos de la última semana han tendido a sorprender al alza, especialmente en lo que respecta al mercado laboral. Mientras tanto, el consumidor sigue gastando y, a diferencia de China y Europa, la producción industrial repuntó con claridad en abril. Por supuesto, los mayores tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones crediticias por parte de los bancos regionales deberían comenzar a pesar cada vez más sobre el crecimiento y el empleo en los próximos trimestres, pero las señales más recientes avalan la sorprendente resistencia de la economía estadounidense.

En el ámbito de política monetaria, los sólidos datos macroeconómicos publicados, cierta relajación en las tensiones que afectan a los bancos regionales y los comentarios agresivos de varios miembros de la Fed, dejaron entrever al mercado la posibilidad de que pudiera producirse una nueva subida de tipos en junio. Así, algunos integrantes del FOMC, como Harker, Bowman, Mester y Barkin, han expresado su voluntad de considerar aumentos adicionales de tipos. Goolsbee y Bullard también se han preguntado si la actual política monetaria es lo suficientemente restrictiva. Logan, de la Fed de Dallas, dijo la semana pasada que una subida en junio constituía su escenario base. Por su parte, los comentarios del presidente Powell fueron interpretados por el mercado como contrarios a una nueva subida de tipos. En resumen, han aumentado las probabilidades de un nuevo ajuste de tipos al alza en la reunión de la Fed de junio, aunque el escenario de pausa continúa siendo nuestra principal expectativa. Por último, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, indicó que el crecimiento de los precios estaba mostrando signos de desaceleración, destacando que el BCE está comenzando a notar el efecto de sus medidas, pero agregó que se necesitaban tipos de interés altos durante un periodo de tiempo prolongado.

Si la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, está en lo cierto, el gobierno estadounidense se quedará sin dinero para cumplir con sus obligaciones a partir del 1 de junio, la llamada “fecha X”. Faltan menos de dos semanas y no se ha llegado a un acuerdo a la hora de escribir estas líneas. Sin embargo, los mercados financieros han estado sorprendentemente tranquilos, en contraste con el período previo a la crisis de techo de la deuda de 2011.

Los inversores dan por hecho el acuerdo y consideran que no hay necesidad de preocuparse, pero lo cierto es que la volatilidad podría muy bien aumentar a medida que nos acercamos a la temida fecha. Incluso si se llega a un acuerdo entre el presidente Biden y el líder del Congreso McCarthy, no podemos descartar accidentes con una fecha límite tan ajustada. Si las negociaciones se prolongan hasta el último minuto, el nerviosismo de los mercados está garantizado.

Al margen de las negociaciones relacionadas con este asunto, el mercado seguirá muy pendiente de la evolución de los precios. Así, se prestará especial atención al deflactor del consumo privado del mes de abril, que mostrará poco o ningún progreso en el proceso de desinflación. Del mismo modo, la lectura final de mayo de las expectativas de inflación a largo plazo de la Universidad de Michigan tendrá que confirmar si el repunte que mostró la estimación preliminar puede mantenerse. La atención también se centrará en las actas de la reunión del FOMC del 2 de mayo, donde esperamos que se refuerce la probabilidad de pausa en el proceso de ajuste de la institución. En Europa, los PMI preliminares de mayo podrían mostrar los primeros indicios de una desaceleración económica más amplia, impulsada por la persistente contracción de la actividad manufacturera y unos servicios menos expansivos.

Mientras tanto, los activos de riesgo han vivido una de sus mejores semanas de los últimos meses. No obstante, es evidente que el entorno de riesgos continúa siendo complejo, por lo que estaremos muy atentos a la evolución de los acontecimientos para tomar las acciones necesarias si se termina complicando el escenario.