Apoyamos tu compromiso con la protección del medio ambiente

El calentamiento global es el resultado del aumento del efecto invernadero, un proceso en el que la radiación térmica emitida por la Tierra queda atrapada en la atmósfera debido a los gases con ese efecto (GEI). Este proceso es natural y necesario para mantener la temperatura del planeta en unos valores habitables. Sin embargo, las emisiones de gases como el metano o el óxido nitroso se han disparado en comparación con la era preindustrial, aumentando este efecto de retención del calor y provocando el aumento de la temperatura en todo el planeta.

Existen diferentes formas de contribuir al uso racional de los recursos y a la protección de los ecosistemas, consiguiendo al mismo tiempo un ahorro económico. Estos son algunos ejemplos:

• Desplazamientos en medios de transporte público (autobús, metro). 
• Uso de vehículos híbridos y eléctricos (coches, bicicletas y patinetes).
• Uso de electrodomésticos energéticamente eficientes. 
• Instalación de sistemas de aislamiento térmico en hogares.
• Uso de sistemas de iluminación con tecnología LED.
• Uso de calefacción y agua caliente por condensación o biomasa y bombas de calor eficientes. 
• Instalación de sistemas de automatización de encendido y apagado eléctrico y de equipos de detección de presencia para conectar iluminación.
• Utilización de paneles solares para el autoconsumo. 

El aumento de la temperatura global provocada por el exceso de emisiones de CO2 a la atmósfera tiene efectos muy negativos sobre el planeta, como la disminución de los casquetes polares, el aumento del nivel del mar, la alteración en los ecosistemas marinos y terrestres, olas de calor cada vez más frecuentes, incendios devastadores, ciclones tropicales, inundaciones, sequías… Estos fenómenos están provocando un gran impacto en el medioambiente y el desarrollo socioeconómico.

Se estima que, en el medio plazo, el cambio climático afectará negativamente a las actividades de ocio, el turismo y el patrimonio cultural de las regiones amenazadas. El aumento de fenómenos extremos provocará la disminución de la disponibilidad y la calidad de agua en determinadas regiones, con repercusiones en la salud de sus habitantes y en sectores como el agrícola o el hidroeléctrico, que en consecuencia irán desencadenando las ya conocidas como ‘migraciones climáticas’.

BBVA forma parte de los principales acuerdos internacionales relacionados con el medio ambiente, como la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas o los Green Bond. 

Además, también forma parte del Grupo Español para el Crecimiento Verde y ha respaldado varias iniciativas sectoriales en apoyo a una respuesta al cambio climático. 

Por último, ha creado el Plan Global de Ecoeficiencia 2020, que tiene como objetivo el posicionamiento del banco entre las entidades líderes en este ámbito a escala mundial. Para ello trabaja en dos líneas estratégicas: el uso de energías limpias y la reducción de las emisiones indirectas de gases de efecto invernadero.

El gobierno de España recoge en más de 20 leyes sus políticas para la protección del medio ambiente. Entre ellas destacan las siguientes:

• Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
• Ley 30/2014 de Parques Nacionales.
• Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental.
• Real Decreto 630/2013 de especies exóticas invasoras.
• Ley 41/2010 de Protección del Medio Marino.

Los causantes de la degradación de la capa de ozono de la Tierra son los CFC o clorofluorocarbonos. Se trata de uno elementos químicos que se liberan durante el proceso de elaboración de productos como los aerosoles, los líquidos refrigerante de aires acondicionados o los disolventes. La descomposición de estos productos libera partículas de CFC que, al llegar a la estratosfera, separan las moléculas de ozono y generan este agujero.