¿Qué gastos puede tener un coche?

Un vehículo de gasolina o diesel incluye gastos adicionales.
La adquisición de un coche suele suponer un gran desembolso para nosotros. Y la inversión no termina una vez lo sacamos del concesionario, ya que el vehículo sigue generando una serie de gastos adicionales que se dividen en dos tipos: regulares e imprevistos. En este artículo vamos a repasar ambos, empezando por el de financiación.

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Gasto inicial de un vehículo nuevo o de segunda mano.

Este es generado por el préstamo que solicitamos, en el caso de no querer abonar el 100% del precio al contado, para pagar el monto final del vehículo y suele llevar implícitos unos intereses que lo incrementan. Por ello, es recomendable que se realice una búsqueda exhaustiva para dar con el préstamo que mejor se adapte a lo que queremos. BBVA dispone de una serie de préstamos ‘ad hoc’ con muy buenas condiciones, como el Préstamo Coche Online o el Préstamo Coche Ecológico (si optas por la opción que más cuida el medio ambiente). 

Además, y junto a este primer gasto, encontraremos también el Impuesto de Matriculación (variable en función de lo que contamine el coche) y de Transmisiones (si has comprado uno de segunda mano) fijado por cada Comunidad Autónoma, los cuales pueden verse reducidos si se adquiere un vehículo ecológico.

Gastos regulares más comunes de un coche

Son los que se abonan cada cierto periodo de tiempo. Por ejemplo, y teniendo en cuenta que es necesario para poder circular, el primero es el del seguro del coche. De renovación anual, la cuota puede pagarse igual o, en muchos casos, trimestralmente. La cantidad varía en función del tipo de coche, los años de experiencia del conductor y otros muchos factores. También de las coberturas contratadas. El más barato, compuesto de los mínimos que exige la ley, suele ser el de ‘A terceros’. El más caro, el de ‘A todo riesgo’.

Otros gastos del coche que se pagan de forma regular son:

Impuesto de Circulación

Al igual que el anterior, cambia en función del municipio en que se viva y del tipo de coche que se conduzca. Por ejemplo, en Madrid, un coche eléctrico tiene una bonificación del 75 % por lo que se paga menos por él.

ITV

Es obligatorio pasarla cada cierto tiempo (la cual depende de los años que tenga el coche), lo que genera otro gasto cuyo montante depende del carburante que utilice el vehículo. En el caso de que el coche sea nuevo:

- Primera revisión: a los 4 años.

- De los 4 a los 10 años: cada 2 años.

- A partir de los 10 años: cada año.

Si es de segunda mano, lo primero que has de hacer es preguntar los años del vehículo. Este dato te ayudará a saber cuando debe pasar la próxima inspección (y las sucesivas).

Mantenimiento del vehículo

Se incluyen desde los cambios de aceite o filtros a otros procedimientos más complejos como el que afecte a ruedas, frenos o correa de distribución. Todo para garantizar que se encuentra en perfecto estado. Os ponemos dos ejemplos con los que diferenciar ambas tipologías de vehículos (y en los que se ve el ahorro entre ambos): mientras el propulsor de combustión suele tener unas 30.000 piezas (lo encontrarás en coches de gasolina o diesel), uno eléctrico reduce esta cantidad en un 60% De igual modo, aquellos que consumen combustibles fósiles incluyen embrague y correa de distribución (con su respectivo mantenimiento) no así los eléctricos. 

Revisiones

Has de realizarlas cada cierto número de kilómetros o transcurrido un cierto tiempo. Si has adquirido un coche nuevo, y quieres evitar averías futuras, se recomiendan:

- La primera a los 10.000 - 15.000 km (o a los 12 meses si no se llega a esta cifra).

- La segunda a los 30.000 km.

- La tercera a los 60.000 km. 

Si optas por un vehículo de segunda mano, y lo haces con una casa especializada, normalmente cuentas con la garantía de que al coche se le han realizado todas las revisiones necesarias (en base a sus años y los kilómetros recorridos). Si lo compras a un particular, el riesgo es mayor, ya que no puedes estar seguro de que el coche haya recibido los cuidados adecuados antes de llegar a tus manos. 

Repostaje

En función del combustible que consuma tu coche, el gasto será más o menos alto.

Los gastos repentinos o imprevistos de un coche

Se incluyen aquellos gastos posibles, pero no probables, si usas el coche de manera continuada. Entre ellas se encuentran las multas, comunes para todo aquel conductor que suele coger el coche a menudo, o las reparaciones que surjan de forma espontánea (y no entren en la garantía del coche) así como, en base al seguro contratado, las ligadas a un accidente con otro coche o individual.

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