¿Cómo puedo ahorrar dinero en casa?

Para comenzar a cuidar más tu bolsillo, ahorrar dinero en las cuestiones relativas al hogar es uno de los pasos más determinantes, ya que gran parte de los ingresos personales se destinan a este tipo de gastos.

De una forma u otra, una gran parte del sueldo mensual se invierte en los gastos directos o indirectos de la vivienda (tanto si se es propietario como arrendado). Esto lleva a que muchos se hagan la siguiente pregunta: ¿cómo puedo ahorrar dinero en casa? Hablamos, por ejemplo, de rebajar la factura de la luz, el agua y el gas, hacer que la cesta de la compra salga más barata o que el precio de ese electrodoméstico que se ha roto sea más asequible.

En este artículo vamos a compartir contigo algunos trucos, o tips, con los que el objetivo de ahorrar dinero en casa estará algo más cerca. ¡No dejes de leer!

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Ahorrar dinero en casa: ¿en qué podemos hacerlo?

Para ahorrar dinero en casa, lo primero es conocer aquello en lo se que puede reducir costes.

Suministros

Tres son los suministros principales a tener en cuenta: la luz, el gas y el agua. En ellos hay que fijarse a la hora de ahorrar dinero en una casa. 

La luz suele generar la factura más elevada de los 3, por lo que cambiar de hábitos respecto a su consumo será prioritario si se quiere rebajar su coste. Cambiar la iluminación de la casa a LED, no dejar las luces encendidas al salir de una estancia o evitar el consumo fantasma (desenchufando los aparatos cuando no se usen), son algunas de las acciones que ayudarán a ello.

El gas, por su parte, es la segunda fuente de gastos (de las previamente mencionadas). Si bien las cantidades no se equiparan a las de la luz (salvo en periodos de mucho frío), son lo suficientemente considerables como para tomar medidas que minimicen su impacto en la economía familiar. Aislar puertas y ventanas, despejar los radiadores o regular bien la temperatura de la calefacción son algunas de ellas.

El agua, aún siendo la tercera, también se lleva una parte significativa de los gastos mensuales en suministros. Su coste suele ser bastante regular, lo que hace un poquito más sencillo el ahorro en su consumo. Ducharse, en lugar de bañarse, cortar el agua mientras se aplica el jabón (o durante el afeitado) o instalar reductores en los grifos permiten que este bien tan preciado nos salga algo más barato.

Cesta de la compra

Para ahorrar en casa también es necesario hacerlo en la cesta de la compra. Son varias las medidas a tomar a la hora de reducir el gasto que se hace en alimentos, en productos para el aseo personal o en los que se emplean para la limpieza del hogar, entre las que destacan:

- Hacer la lista de la compra y adquirir únicamente lo que se apunte en ella.

- Fijar un presupuesto para la compra y no pasarse de él.

- Elegir el supermercado que tenga los mejores precios (consultar su folleto puede ayudar en la elección)

- Comprar lo necesario para el día, lo que evitará que se desperdicie aquella comida que luego sobra.

ahorrar dinero en casa
De igual modo, también se recomienda, para ahorra en la cesta de la compra (y por ende en casa), otros pequeños gestos como llevar una bolsa propia (en lugar de adquirir las de la tienda), optar por las marcas blancas (mucho más económicas y, en la mayoría de los casos, de la misma calidad), elegir productos de temporada y de procedencia local y, ya en la vivienda, cocinar para más de un día.

¿Qué otros aspectos me ayudarán a ahorrar en casa?

No solo se debe ahorrar en los suministros (luz, agua y gas) y en la cesta de la compra si la meta es rebajar el impacto de los gastos generados en el hogar. Gestionar bien otros aspectos de la casa también es necesario para conseguirlo.

Reciclar es uno de los pasos más importantes a dar para ahorrar en casa. Si bien es cierto que existen ocasiones en las que al romperse un lavaplatos, por ejemplo, no es posible arreglarlo, otras si que es posible darle una segunda vida, lo que será beneficioso para el medio ambiente… ¡y también para tu bolsillo! De igual modo, y atendiendo a otra R de las que conforman las conocidas 3Rs (reciclar, reusar y reutilizar), hay veces en las que un objeto de la casa no puede cumplir la función para la que fue creado pero, sin embargo, si puede ser válido para otra. Es el caso de un frasco, por ejemplo. Una vez se vacía, al quedar consumido el producto, puede reusarse como macetero (tras haberlo limpiado bien). Esto nos evitará un gasto que, de otra forma, hubiese sido inevitable.

De igual modo, también es recomendable controlar otras facturas de la casa como la telefónica o las recibidas de mano de las distintas plataformas de contenidos que tengan contratadas. Ambas suelen llevarse un pequeño, pero no desdeñable, trozo del presupuesto familiar, por lo que es bueno echar un vistazo, cada cierto tiempo, a las ofertas y promociones que las distintas compañías ofrecen en sus tiendas y páginas web, para ver si es posible ahorrar en el precio final del servicio (y con ello en casa).

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