19/02/2024
Más que la economía, lo que está mostrando una gran resiliencia son los mercados mundiales de renta variable, que esta semana encadenaron su sexta semana consecutiva subiendo (15 en las últimas 16 semanas), a pesar de los preocupantes datos macroeconómicos que se fueron publicando y que reflejaron una aceleración de la inflación en Estados Unidos y, en el mejor de los casos, un estancamiento en el resto de economías avanzadas.
No obstante, el S&P 500 no pudo igualar la serie alcista del MSCI mundial y terminó retrocediendo un 0,4 % mensual. Así todo, el índice mostró una sorprendente fortaleza teniendo en cuenta la radical moderación de las expectativas de bajadas de tipos de la Fed manejadas por el mercado. ¿Cuáles son las razones de esta fortaleza? De nuevo, el auge de la inteligencia artificial es la principal respuesta a esta pregunta. En los últimos días, las empresas que lideran la expansión de esta tecnología mostraron un extraordinario comportamiento, hasta el punto de que la compañía Nvidia representa en estos momentos más del 35 % de la ganancia total de capitalización del S&P 500 en 2024. Otro motivo de la fortaleza del mercado es la campaña de presentación de resultados empresariales. En Estados Unidos, han publicado ya un 78,6 % de las compañías del S&P 500, con un índice de sorpresas positivas en torno a la media tanto en beneficios por acción como en la línea de ventas. Sin embargo, la subida interanual del 7 % en los beneficios por acción del índice excede con creces las previsiones que manejaba el consenso antes de la campaña. Por otra parte, la recuperación de la renta variable lleva implícita la asunción de que los datos de inflación del pasado martes no significan un cambio en la tendencia a la baja del último año y medio y que responden a factores transitorios. De esta forma, la narrativa de aterrizaje económico suave sigue vigente entre los inversores, dando soporte a los mercados de renta variable mundiales. Del mismo modo, el posicionamiento inversor ha ido mejorando progresivamente y, durante las últimas cuatro semanas, ha entrado un flujo inversor de casi 60.000 millones de dólares a los fondos y ETF de acciones a nivel global, el mayor desde el mes de febrero de 2022.
Con todo, el comportamiento sectorial del mercado americano sí tuvo en cuenta las expectativas de menores bajadas de tipos por parte de la Fed y los sectores “growth”, como el tecnológico, el de servicios de comunicación y el de consumo discrecional, mostraron una peor evolución relativa. Por el contrario, las empresas petrolíferas, de materias primas y financieras ocuparon los primeros puestos del ranking sectorial. Entre los Siete Magníficos, solo Nvidia y Tesla pudieron cerrar la semana con ganancias. Por el contrario, el índice Russell 2000 de pequeñas compañías repuntó por segunda semana consecutiva, lo que contribuyó a mejorar la amplitud del mercado.
En cuanto al mercado europeo, encadenó su cuarta semana consecutiva de ganancias y el Eurostoxx 50 cerró en los máximos de precio desde el año 2021. Los mercados de Francia e Italia mostraron un mejor comportamiento relativo, mientras que la bolsa española volvió a quedarse rezagada por segunda semana consecutiva, a pesar de la fortaleza del sector financiero que, junto con el de materias primas e industrial, lideró la sesión bursátil europea de la semana pasada.
En Asia y en cuanto al mercado japonés, continuó su escalada hacia la zona de máximos históricos y repuntó más de un 4 % semanal. En estos momentos, el índice Nikkei 225 está a un 1 % de sus máximos históricos del día 29 de diciembre de 1989, cuando cerró en los 38.915,87 puntos. Esta semana no contamos con la referencia de China continental, que permaneció cerrada por la celebración de su Año Nuevo, aunque el mercado de Hong Kong terminó la semana con fuertes alzas, en la expectativa de mayores estímulos económicos y por los buenos datos de consumo chinos registrados durante el periodo vacacional. Este mayor optimismo se reflejó también en los mercados emergentes asiáticos, que cerraron la semana con alzas superiores al 2,5 %.
En el corto plazo, consideramos que los datos macro de enero que hemos conocido recientemente no marcan un punto de inflexión en la narrativa de aterrizaje económico suave, que nos sigue pareciendo el escenario macroeconómico más probable para 2024. A menos que se evidencie una reaceleración sustancial en la inflación mensual o que tengamos datos de frenazo en la actividad económica, los mercados deberían seguir mostrando un buen desempeño. Por lo tanto, mantenemos una semana más el posicionamiento constructivo, siendo conscientes de que se mantienen altas las probabilidades de una corrección en el corto plazo, que debería volver a ser comprada por los inversores en la medida que se mantenga la actual narrativa del mercado.