Las bolsas contienen la respiración a la espera de la reunión monetaria de la FED
Álvaro Manteca, responsable de estrategia de inversión de BBVA Banca Privada.

18/03/2024

Los datos macroeconómicos publicados hasta la fecha avalan, con algunos matices, la expectativa de que las economías mundiales mostrarán resistencia en los próximos meses, mientras que la trayectoria de desinflación entra en una fase más lenta. Los bancos centrales, por su parte, acometerán un proceso de flexibilización monetaria limitado.

En cuanto a la evolución semanal de los precios de los activos, a estas alturas, nadie puede dudar de la sorprendente fortaleza subyacente que están desplegando los mercados bursátiles mundiales. En efecto, en una semana en la que unos débiles datos de actividad en Estados Unidos convivieron con datos de inflación superiores a lo esperado y un fuerte repunte de los precios del crudo, que llevaron a un nuevo retraso en las expectativas de bajada de tipos por parte de la Reserva Federal, el índice S&P 500 cerró la semana con un comportamiento prácticamente plano.

Esta combinación de datos “estanflacionista” a priori no debería ayudar ni a los mercados de renta fija ni a los de renta variable, pero la confianza de los inversores se ha mantenido en máximos, gracias a la expansión de la demanda de innovaciones tecnológicas como la inteligencia artificial. En cualquier caso, se siguen apreciando indicios de exuberancia inversora que no parecen sostenibles. Por ejemplo, el estilo de inversión de “momentum”, que básicamente consiste en apostar por las acciones que mejor desempeño han mostrado recientemente, como Nvidia, está experimentando un empuje extraordinario y ya son la apuesta más significativa de los fondos de cobertura americanos. Del mismo modo, las entradas de dinero en fondos de renta variable y criptodivisas alcanzaron un nuevo máximo histórico la semana pasada.

Con todo, el S&P 500 cerró con caídas semanales del -0,14 %, aunque en la sesión del martes, tras la publicación del IPC de febrero, que sorprendió al alza, consiguió marcar un nuevo máximo histórico. Desde entonces, ha acumulado tres sesiones a la baja. El comportamiento sectorial nos dejó subidas semanales en el sector petrolífero y de materias primas, a los que se unieron las empresas de servicios de comunicación, consumo estable y financieras. Por el contrario, las caídas en el sector inmobiliario y de consumo discrecional fueron significativas.

En cuanto a la semana bursátil europea, fue claramente alcista y los principales índices del continente repuntaron en el entorno del 0,5 % semanal en promedio, con mejor evolución relativa de los mercados periféricos, que se valieron de la buena semana de los bancos, que acogieron con alegría el nuevo marco presentado por el BCE, que ofrecerá más incentivos para que las entidades continúen prestándose entre sí. El sector financiero compartió protagonismo con las empresas petrolíferas. El estilo de inversión “value”, por lo tanto, volvió a ser el claro protagonista de la semana bursátil europea. Mención especial merece el desempeño de la bolsa española que, tras arrancar el año con debilidad, está ganando velocidad, impulsada por la mejora de las expectativas de beneficios de las empresas del Ibex. Los buenos resultados presentados por Inditex fueron especialmente bien acogidos por los inversores.

En Asia, y particularmente en China, el índice Hang Seng, que comenzó la semana con importantes ganancias, se vio lastrado en las últimas sesiones por las dificultades que continúa mostrando el sector promotor, y con los precios de vivienda de febrero cayendo por octavo mes consecutivo. Por último, destacó negativamente el desempeño de la bolsa japonesa, muy afectada por la expectativa de retirada de los estímulos monetarios por parte del Banco de Japón, al dejarse cerca de un -2,5 % de su valor en cómputo semanal.

Respecto a la semana que empieza, la Fed se enfrentará al dilema de tener que valorar otro dato de inflación por encima de lo esperado y, al mismo tiempo, levantar acta del reciente enfriamiento económico que, sin ser tan evidente como el que motivó el cambio de discurso de Powell en diciembre, podría hacer que la balanza estuviera más equilibrada entre los riesgos inflacionistas y los de desaceleración económica. No es descartable, por tanto, un discurso moderado por parte del presidente Powell en la jornada del miércoles.

Mientras tanto, la fortaleza del mercado continúa siendo evidente y los índices apenas se han alejado de sus máximos históricos. Pensamos que el posicionamiento constructivo hacia los activos de riesgo sigue justificado desde el punto de vista de medio plazo, aunque consideramos que lo más beneficioso a corto plazo sería una consolidación de los precios de las acciones en los niveles actuales.