Algunos consejos para elegir un buen nombre para tu proyecto empresarial

Definir el nombre de la empresa es uno de los primeros pasos que hay que dar
Tienes una idea para un proyecto empresarial. La maduras, la moldeas y decides ponerla en marcha. Uno de los primeros pasos, aunque no el más importante ni decisivo, es encontrar el nombre perfecto. A veces puede fluir a la primera o, incluso, estar pensado antes de empezar la marcha y otras que requiere un buen tiempo de maduración. Ante este particular 'reto' hay algunos consejos.
El primer y uno de los más importantes consejos es que se trate de un nombre que resulte fácil de pronunciar, leer, escribir e, incluso, de recordar. A veces, un nombre puede resultar una gran idea pero, en realidad, es un suplicio a la hora de pronunciarlo o de escribirlo en un correo electrónico. En este caso, menos es más y, por tanto, se debe tener presente que cuanto más corto e impactante, mejor.

Junto a esa ‘facilidad’, el proceso creativo hasta dar con el nombre idóneo es fundamental. Especialmente el hecho de dar rienda suelta a la imaginación, sin cortapisas, a través de distintas técnicas para ello. En ese proceso, siempre la colaboración de tus socios o, incluso, de familiares y amigos puede ser muy interesante y, a la postre, decisiva para lograr el resultado buscado.

En ese proceso creativo hay que tener en cuenta que pese a la necesidad de ser lo más corto e impactante posible, lo idóneo es que esté relacionado de alguna forma con la actividad que va a llevar a cabo la empresa. Es cierto que casar ambos criterios es un tanto complejo, pero se ha de intentar al menos.

Tras haber dado con un buen puñado de ideas maduradas viene lo más difícil: comprobar la disponibilidad de dominio, si hay alguna empresa con un nombre similar, o si esa marca está actualmente registrada. Este paso se convierte en una dura criba, pues resulta que muchas de las opciones que barajabas se caen tras ese chequeo final. Es por eso que se trata de casi obligatorio tener múltiples opciones para evitar el ‘vacío’.

Y por último, y no menos importante, hay que desdramatizar. Cierto que el nombre puede decir mucho de una empresa e incluso ayudar y mucho a su promoción y su lanzamiento. De eso no hay duda. Pero también hay que tener presente que en la historia existen innumerables ejemplos de compañías que han pasado a la historia con marcas que, realmente, no son ningún ejemplo de ‘buenas prácticas’. Por ello, el mejor consejo es: trabaja en un buen nombre, pero no gastes demasiadas energías en él. Seguramente, a la postre no merezca la pena.

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