30/08/2021
Son muchos y muy diversos los tipos de activos financieros mediante los cuales podemos materializar nuestras decisiones de inversión. En este artículo nos vamos a centrar en los Contratos por Diferencias o CFDs.
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¿Qué son los CFDs?
Los CFDs son instrumentos financieros derivados a través de los cuales un potencial inversor y una entidad financiera acuerdan intercambiarse la diferencia de precio de un determinado activo subyacente; esta la misma. Por lo tanto, en el caso de los CFDs, el inversor opera sobre el futuro comportamiento del precio de un determinado activo subyacente, pero en ningún momento adquiere la propiedad de dicho activo. El activo subyacente al que hace referencia la operativa de CFDs puede ser un índice, una acción, una materia prima o divisas.
Las posiciones en CFDs normalmente pueden prorrogarse tantos días como considere el inversor, por lo que suele decirse que este tipo de instrumentos financieros no tienen vencimiento. Sin embargo, al tratarse de instrumentos financieros de riesgo alto como consecuencia de su apalancamiento, los CFDs se suelen negociar intradía.
¿Cómo funcionan los CFDs?
Los CFDs cotizan con un precio de compra y un precio de venta, que replican el comportamiento del activo subyacente. Los CFDs nos permiten abrir tanto posiciones largas como posiciones cortas, mediante operaciones de compra o de venta respectivamente.
Los CFDs pueden utilizarse para diferentes finalidades, como pueden ser:
Trading en posiciones largas (compras) y/o cortas (ventas)
El inversor puede operar en CFDs para aprovechar los movimientos de precios de un determinado activo subyacente en ambos sentidos.
De esta forma, si el inversor espera una subida en el precio del activo subyacente en cuestión, abrirá una posición larga, mediante una operación de compra de CFDs, lo que le permitirá beneficiarse de los movimientos al alza del precio del activo subyacente.
En este caso, perderá si el precio del activo se mueve a la baja.
Por el contrario, si el inversor espera una bajada en el precio del activo, abrirá una posición corta vendiendo el CFD, para beneficiarse de los movimientos a la baja del precio del activo. En este caso, el inversor perderá con esta posición si el precio del activo de referencia sube.
En ambas situaciones los beneficios o pérdidas se materializarán cuando la posición sea cerrada.
Cobertura
Los CFDs también pueden utilizarse para cubrir los movimientos en el precio de posiciones que tengamos previamente abiertas. Por ejemplo, si hemos comprado acciones de una empresa para mantenerlas a largo plazo, pero pensamos que podría producirse un periodo bajista temporal, podemos utilizar CFDs para abrir una posición contraria, es decir, posicionarnos en corto y así minimizar la pérdida de esa posición en el caso de que efectivamente el precio de nuestras acciones baje.
Tipos de CFDs
Existen diferentes tipos de órdenes que es necesario conocer para intentar maximizar las posibilidades de éxito de nuestras inversiones y cubrir los riesgos en la operativa en CFDs.
Orden stop
La orden de venta tipo “stop” se utiliza normalmente para limitar las pérdidas en posiciones largas ante posibles caídas del mercado. También se pueden utilizar para buscar un punto de entrada abriendo una posición corta ante posibles rupturas de soportes que puedan hacer que el valor del activo subyacente caiga.
Las órdenes “stop de compra”, por el contrario, se utilizan normalmente para limitar las pérdidas si tenemos una posición corta abierta, o para buscar un punto de entrada de una posición larga ante posibles rupturas de resistencias o señales que puedan disparar el precio del valor/activo subyacente, de tal manera que permiten abrir una posición larga en un determinado valor sin perder la subida.
Orden take profit
Estas órdenes permiten cerrar la posición con una ganancia previamente establecida por el inversor.
Características de los CFDs
Los CFDs tienen determinadas características que los diferencian de otros instrumentos financieros más sencillos, y que es necesario conocer para poder conseguir nuestros objetivos de inversión:
- Apalancamiento: los CFDs son productos apalancados; esto significa que, cuando se abre una posición en CFDs, se necesita aportar menos capital en comparación con una inversión directa en el activo subyacente correspondiente, ya que no se debe desembolsar el coste completo de la operación, sino solamente un porcentaje de dicho coste. Este porcentaje que nos van a exigir al abrir una posición en CFDs se denomina Margen.
Sin embargo, aunque el capital necesario para mantener una posición de CFDs es solo un porcentaje del valor del activo subyacente, las ganancias y pérdidas se calculan en función de la exposición completa a dicho activo subyacente, por lo que se produce un efecto multiplicador que aumenta considerablemente la potencial rentabilidad que se puede obtener respecto al capital desembolsado, lo cual aumenta el riesgo de la operación.
Por ejemplo, si un CFD tiene un apalancamiento de 10 veces, el beneficio o la pérdida se multiplicarían por 10. Dicho de otra forma, un 1% de subida o bajada en el precio del activo subyacente implicaría un 10% de beneficio o de pérdida con respecto al margen desembolsado.Este efecto multiplicador del apalancamiento hace que los CFDs sean productos de riesgo alto.
- Margen: como hemos visto en el apartado anterior, para abrir una posición en CFDs necesitamos una cantidad mínima de dinero llamada margen. Tenemos que distinguir dos conceptos distintos referidos al margen:
- De depósito o inicial: es la cantidad requerida para abrir una posición, que generalmente se calcula como un porcentaje del valor correspondiente a la exposición completa al subyacente del CFD (nocional de la operación).
- De mantenimiento o de variación: el margen para una posición abierta en CFDs se calcula continuamente con el fin de reflejar los cambios que se producen en el precio del activo subyacente. Por tanto, necesitaremos tener depositada y disponible en nuestra cuenta una cantidad de efectivo suficiente para cubrir en todo momento el margen requerido para mantener abierta la posición en CFDs.
Si el mercado se mueve en contra de nuestra posición abierta, el saldo de la cuenta puede no ser suficiente para cubrir los requisitos de margen y, en este caso, tendremos que deshacer posiciones en CFDs y/o agregar fondos adicionales a la cuenta. Si no se llegan a cumplir estos requisitos de Margen se cerrarán automáticamente las posiciones abiertas en CFDs.
- Spread: ya hemos mencionado anteriormente que el inversor de CFDs acuerda un intercambio de precios de compra y venta al abrir y cerrar una determinada posición.
Para un determinado CFD, en un momento dado, el precio al que se puede comprar es sistemáticamente más alto que el precio al que se puede vender. La diferencia se llama spread o diferencial.
El spread representa el coste principal de operar con CFDs. ¿Qué significa esto? Si un inversor compra un CFD y el precio no se mueve entre la apertura y el cierre del contrato, lo venderá a un precio más bajo y perderá el equivalente al spread. Los spreads se ven afectados notablemente por la liquidez y la volatilidad del activo subyacente.
Además del mencionado spread, operar con algunos CFDs implica la existencia de una tarifa de ejecución o comisión de compra venta, que se aplica a cada operación.
- Duración y coste de financiación: generalmente los CFDs no tienen fecha de vencimiento, y se cerrará la posición al realizar una operación de sentido contrario a la operación inicial. Por ejemplo, si vendemos 1.000 CFDs sobre el oro la operación se cerrará comprando 1.000 CFDs de oro.
Si mantienes una posición de CFDs durante más de un día se generará un coste de financiación, que podrá ser positivo o negativo dependiendo de si la posición es compradora o vendedora, del tipo de interés de referencia y, en algunos casos, del coste que pueda surgir asociado a la cobertura de la posición por parte de la entidad financiera con la que el inversor tenga contratado su CFD.
- Liquidación diaria: al cierre de cada sesión del mercado se abonan o cargan en la cuenta del inversor los beneficios o pérdidas derivados de las operaciones que se hayan producido en el día.