Beneficios que se obtienen con las aportaciones a planes de pensiones

Reduce tu IRPF y el riesgo de tu inversión según el tipo que plan que elijas.

Las aportaciones a los planes de pensiones que realiza el partícipe son la base de este producto. Pueden ser de dos tipos en función de su frecuencia: periódicas y puntuales. Cada una cuenta con unas característica bien definidas y aporta unos beneficios al inversor.  

Las periódicas son las que se llevan a cabo con una regularidad, mensual, trimestral y anual, en base a la capacidad de ahorro del partícipe. Le ofrece una flexibilidad total ya que puede paralizarla (definitiva o temporalmente) cuando lo desee, así como hacer subir o bajar su importe. 

Las puntuales se realizan de forma esporádica, es decir, cuando el partícipe decide aportar a su plan de pensiones una cantidad de dinero en un momento concreto en el que, por ejemplo, se cuente con una mayor liquidez. También es habitual hacerlo a final de año, coincidiendo con el cierre fiscal que permite desgravarse en la siguiente declaración del IRPF con los límites anuales establecidos por la legislación en cada territorio (en el régimen aplicable en territorio común, la menor cantidad entre 1.500 € anuales o al 30 % de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidos individualmente en el ejercicio.

¿Qué tipo de aportación es más recomendable?

Si tu intención es aportar a tu plan de pensiones, la opción más acertada es la periódica. En primer lugar, supone un esfuerzo menor para tu economía. En segundo, te ayuda a diversificar en varios momentos en el tiempo, aumentando las posibilidades de acertar en relación a aportar a uno único. 

Con las aportaciones puntuales pierdes ambas ventajas, ya que son inversiones repentinas con las que complican la organización de tu economía doméstica. Además, también pierdes la oportunidad de diversificar lo que supone que asumes una cota mayor de riesgo en cada inversión.

Beneficios de las aportaciones a los planes de pensiones

Las aportaciones anuales a un plan de pensiones pueden desgravarse del IRPF, ya que reducen la base imponible y ofrecen, con ello, un importe de ahorro fiscal que dependerá del tipo marginal del contribuyente. Por ejemplo si tu retención de IRPF es del 24 % y aportas a tu plan de pensiones 1.500 € anuales, tendrás un ahorro en concepto de impuesto de 360 €. 

Esta desgravación será mayor, como es lógico, cuanto más aportes, hasta un máximo de la cantidad menor entre 1.500 € anuales o el 30 % de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidos individualmente en el ejercicio. En el caso de que excedas este límite de desgravación, la ley contempla la posibilidad de traspasar el excedente a la declaración de IRPF de los 5 ejercicios siguientes.

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