Jorge Ruiz

Músico y maestro de Audición y Lenguaje 

"Los niños son una fuente inagotable de creatividad, talento potencial y pasión"

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Mi pasión real no es solo la música, sino la comunicación. Tuve la oportunidad de estudiar una carrera, que era Logopedia, la terapia del lenguaje. Y, cuando acabé, también estudié Magisterio en audición y lenguaje. Ahí aprendí muchas de las cosas que hoy se han convertido en mi pasión: el mundo de la educación, el mundo del talento y el por qué el sistema educativo no consigue desarrollar el potencial que todos los seres humanos tenemos dentro. Me gustaría contar algo que quizás llame la atención de mi historia, que tiene que ver con que crecí pensando durante todo mi proceso educativo que no tenía ningún tipo de talento. Y cuando digo ningún tipo de talento es literal. Ni siquiera las cosas que yo sabía o pensaba que podía hacer bien, que me gustaban, ni siquiera ahí pensaba que eso le gustase a nadie, que ese talento o potencial pudiera salir. Crecí pensando que era una bola negra, una bola negra en referencia a todos los estudiantes, todos somos bolas negras, y hay unas poquitas bolas rojas que son los que tienen talento. Y esas bolas rojas suelen destacar en algo, o tener una nota muy alta, o tener algo super evidente en lo que destacan mucho, pero la mayoría de las bolas negras también tienen algo, lo que pasa es que ese algo no se ve.

A partir de los veintipocos años yo ya estaba matriculado en derecho, después de haber tenido un recorrido normal, notable. Tampoco llegas a suspender todo ni a brillar. Pero se produjo un hecho en mi vida que es que mi cuerpo me paró, me dijo, a través de un trastorno de ansiedad, me dijo: «Hasta aquí». Estaba sufriendo mucho, no era feliz, matriculado en una carrera que no me gustaba nada y donde yo no podía brillar, porque, además, solo tenía que memorizar y no podía o sentía que no podía expresar mi creatividad. El hecho de tener ese trastorno de ansiedad me paró y me hizo dejarlo todo. Abandoné los estudios y me dije a mí mismo: «Hasta que no encuentres lo que quieres hacer, no hagas nada. No corras a un lugar, o sea, en una dirección que no te vaya a llevar a ningún sitio al que quieras llegar». Y eso, cuando tienes veintipocos años te convierte en un bicho raro, todo tu entorno enseguida te trata de decir que estás equivocado, que tienes que estudiar algo o hacer algo o trabajar en algo, pero no te dicen bien en qué, porque no lo saben ellos tampoco. Así que paré todo en mi vida y lo único que tenía claro, mi única referencia, es que quería hacer canciones porque las hacía desde pequeño. No tenía en mi familia ningún referente musical, así que era un terreno totalmente desconocido, inhóspito. Y, además, solo escuchaba una frase muy manida que es que el mundo de la música es muy difícil. Curiosamente eso lo he escuchado luego de todos los mundos, todos los mundos son difíciles, sobre todo para el que lo dice.

Si tú confías en ti mismo, al final, las cosas acaban pasando, pero tienes que confiar todo el tiempo, no solo en un punto del camino, sino todo el tiempo. Bueno, pues esta historia continuó estudiando Logopedia, grabando maquetas, pude sacar mi primer disco, luego mi primera compañía me echó a la calle… Nadie dijo que fuera sencillo. Pero me supe reponer y me di cuenta de que había cometido el mismo error que al principio: corría demasiado hacia un lugar que no era el mío, por eso volví a parar, terminé la carrera y, en ese stand by, salió esta cancioncilla que tal vez os suena, que es una canción que habla de filosofía que se llama El secreto de las tortugas y que me cambió radicalmente toda mi vida. Pero también monté mi gabinete de logopedia, y ahí empecé a trabajar con niños de verdad y empecé a ver que los niños son una fuente inagotable de creatividad, de talento potencial y de pasión. No conozco a ningún niño que no sea creativo, ninguno, no existe eso.

"Para reconocer el talento potencial, es necesario que el individuo aprenda a escucharse a sí mismo".

La forma de expresar ese talento es tremendamente variable, pero eso no significa que no podamos tener la capacidad de verlo. Ahora, hay que dedicarle una cosa muy valiosa que se llama atención. Yo siempre digo en una frase que dar atención significa «te quiero». Si no te dan atención no es que te estén diciendo que no te quieran, pero no te están apreciando como te mereces, y eso pasa en todos los ámbitos de la vida de una persona, no solo en el ámbito laboral o en el vuestro, estudiantil, sino también en las relaciones personales, familiares, de amigos… Ninguno quiere que no le atiendan, no conozco a nadie, a ningún ser que no quiera ser atendido, porque eso significa «te quiero», y porque crecimos como especie estando juntos. Por lo tanto, el amor tiene que ser el punto uno del camino, no puede no haber amor en lo que hacemos. Por eso la educación se está ignorando sistemáticamente los tesoros que llevamos dentro. Y esto no es algo literario ni que pertenezca únicamente a un discurso vacío, sino que la ciencia ya lo sabe, la doctrina ya sabe esto, y sabe que si a una persona le das su espacio, esa persona acaba brillando.

Todos tenemos talento potencial. El talento no está al principio de la educación, sino que está al final, y que todos tenemos la responsabilidad de permitir que salga el nuestro y el de los demás. Para poder reconocer el talento tenemos que ser capaces de que el individuo se escuche. No enseñar a escuchar, sino que el individuo se escuche, porque ya está en nosotros esa capacidad. No hay que inculcarla, sino desprenderla. Si no impedimos que la persona se escuche, tarde o temprano encontrará su valor y querrá trabajar en él para convertirlo en un talento del que vivir.

El sistema educativo actual es muy frío y permite muy poco la individualidad. sistema educativo es un ordenador central y nosotros somos los discos duros. Nos enganchamos a ese ordenador y captamos ese contenido. Pero es como si no tuviéramos contenido que aportarle al sistema. Es muy gregario. Tú te enganchas, te llenan de contenido y te vas. Y yo lo que creo que debería ser es lo que pasa con un sistema asociativo como la red. Un buscador, por ejemplo. Un buscador es una caja vacía donde tú tienes un interés por algo, lo tecleas y lo buscas. El sistema se alimenta de tu interés, que es contenido, y crece contigo. La escuela debería ser igual. Con la emoción cerca y la ética rigiendo todo ese universo, pero donde yo pueda hacer preguntas, mis preguntas signifiquen algo para el sistema y el sistema se motive generando mis preguntas. Eso es como una sociedad realmente se regenera. Para mí el elemento pleno de transformación de la sociedad es la educación. Un sistema que no permite el aprendizaje asociativo, en conjunto o como idea, se auto limita a sí mismo. Ya hay experiencias, y esto está cambiando porque los propios docentes se mueven para permitir eso, porque eso es muy fácil verlo sobre todo si alguna vez habéis estado en un aula de infantil, sabes que o entiendes de esto o estás muerto.

Biografía

Líder del grupo de pop ‘Maldita Nerea’, vocalista y compositor, Jorge Ruiz es además logopeda y profesor de Audición y Lenguaje. Es también embajador de talento de la ‘Fundación Promete’ y autor del libro “Bailarina”.