Alternativa, inagotable y limpia. Así es la energía solar. Aquellas personas que recurren a este tipo de energía renovable, que transforma los rayos procedentes del Sol en electricidad, consiguen autoconsumo eléctrico e independencia energética. De esta forma, solo pagan por la luz que generan y gastan; algo posible gracias a los paneles solares y a la tecnología fotoeléctrica que llevan incorporada. Además, optar por la energía solar implica elegir ahorro a largo plazo y contribuir a un planeta más verde, ya que los paneles fotovoltaicos no contaminan la atmósfera con gases de efecto invernadero ni producen residuos tóxicos de difícil eliminación.
La instalación de paneles solares en tu vivienda u oficina es una inversión que te ofrecerá beneficios económicos con el paso de los años, y una vez se haya amortizado el dinero de la instalación. Así, y antes de conocer en profundidad todas las ventajas que puede reportarte en tu día a día la energía solar, te explicamos cómo se realiza el proceso de instalación de los paneles solares, cuáles son los componentes de estos y, también, de qué modo funcionan.
¿Cómo instalar paneles solares?
Aunque el factor temporal depende, en gran medida, de la extensión y del número de equipos fotovoltaicos involucrados, el proceso de instalación de paneles solares en un hogar u oficina suele ser rápido y se realiza en cuestión de días. Antes de proceder a ello, siempre deben analizarse en primer lugar las necesidades energéticas a las que se pretende dar respuesta y el modo en que esto se llevará a cabo, así como calcular el potencial ahorro económico que se obtendrá mediante el uso de esta forma de energía renovable.
Asimismo, son los técnicos instaladores quienes planifican el montaje de los paneles. Cuando procedes a solicitar presupuesto para la instalación de paneles solares, desde la empresa contactada te pedirán determinados datos específicos de tu oficina o casa: su tamaño, las dimensiones del tejado, si este cuenta con inclinación y en qué grado, qué potencia tienes contratada o cuánta electricidad consumes. A su vez, has de saber que es la empresa instaladora la que se encarga de gestionar los permisos de instalación y, en caso de existir subvenciones, deberá informarte acerca de las posibilidades de acogerte a alguna de ellas.
Otro aspecto importante previo al proceso de montaje de los equipos pasa por decidir qué tipo de instalación escoges. Después de la aprobación del Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, son dos los modelos de instalación fotovoltaica vigentes en España. El primero de ellos corresponde a las instalaciones de autoconsumo conectadas a la red; este se caracteriza, como su propio nombre indica, por que el usuario combina energía solar con energía procedente de la red eléctrica en momentos puntuales durante los cuales sus paneles solares no son capaces de generar la electricidad que este les demanda.

¿Qué otros componentes conforman una instalación fotovoltaica?
Junto a los ya mencionados paneles o placas solares y el cableado de toda la instalación, esta modalidad de energía renovable requiere de los siguientes equipos complementarios:
- Baterías solares: hay de varios tipos (de litio, estacionarias, AGM, etc), pero todas ellas se ocupan de guardar y conservar aquella energía sobrante producida por los paneles solares que no ha sido consumida.
- Regulador de carga: elemento que se encarga de ajustar la cantidad de energía que van acumulando las baterías solares.
- Inversor solar: aparato responsable de adaptar la energía que generan los paneles fotovoltaicos, convirtiéndola en electricidad útil para el consumo en casas y oficinas.
¿Cómo funcionan los paneles solares?
Los paneles solares, como hemos comentado, convierten la energía irradiada por el sol en corriente eléctrica. Para lograrlo, se sirven de tecnología fotoeléctrica. En el mercado hay tres tipos de paneles solares: monocristalinos, policristalinos y amorfos. La principal diferencia entre ellos es la cantidad de silicio que llevan en su composición. El silicio supone la base sobre la cual se fabrican los paneles solares. Esto se debe a su resistencia, durabilidad y a que el silicio es un mineral muy abundante en la naturaleza.
Además de la proporción de silicio presente en su confección, la región geográfica y el clima de la zona en cuestión influyen en el momento de escoger entre un tipo u otro de panel solar. Por ejemplo, los paneles monocristalinos poseen gran eficiencia energética y esta magnífica capacidad de absorber la radiación solar los convierte en la elección idónea para enclaves más fríos y de tiempo menos soleado.
La extensión de superficie con la que se cuenta para instalar los paneles fotovoltaicos también puede condicionar el tipo de equipo que se termine instalando. Los paneles solares policristalinos y amorfos (este último se compone de una sola pieza fotoeléctrica y no de pequeñas células fotosensibles individuales) resultan una opción económica cuando se van a montar paneles solares en un espacio de grandes dimensiones, porque son más baratos, aunque su rendimiento energético no iguale la eficiencia de los monocristalinos.