Actualmente el 90% de los materiales que usamos se desperdician, se pierden o no están disponibles para su reutilización, tal y como confirma el reciente Circularity Gap Report 2023. El informe revela, además, una preocupante tendencia y es que, hoy, sólo el 7,2% de la economía global es circular (el porcentaje ha bajado desde el 9,1% que “arrojaba” el año 2018).
Teniendo en cuenta estos datos, y que la población mundial llegará a los 9 mil millones de personas en el año 2050 (un 13% más que hoy), es más que probable que se genere una falta de recursos, fruto de ambos factores, que hará más que necesaria la economía circular. Un modelo que reduce el consumo de recursos naturales, energía y emisiones (y que elimina los desechos al reutilizarlos) y que todavía no es aplicado por la mayoría de empresas, que no acaban de ver en la economía circular una alternativa para aumentar su productividad y competitividad.
Sin embargo, algunas empresas españolas como Veritas y Ekomodo están demostrando que sumarse a la economía circular merece la pena.
La sostenibilidad está en el corazón de la empresa
Silvio Elías, socio fundador y presidente de los supermercados ecológicos Veritas, asegura que la sostenibilidad está en el corazón de la empresa y que, incluso, es clave en su negocio: “si nosotros tenemos éxito es porque la sostenibilidad nos ha acompañado. No es algo que practicamos en la empresa, sino que gracias a la sostenibilidad somos una empresa”.
No obstante, a pesar de que la sostenibilidad puede ser una parte muy importante de la visión y misión de una empresa, presenta una serie de desventajas competitivas, tal y como nos comenta Aritz García, cofundador de Ekomodo, una joven empresa de accesorios de diseño fabricados a partir de botellas de plástico recicladas. Nuestro invitado nos asegura que los productos sostenibles, entre otras cosas, son más caros que el resto, algo que puede echar para atrás a los consumidores.
Es necesario un cambio de mentalidad en el consumidor
Teniendo en cuenta que los productos son más caros, a la hora de venderlos y a la de producirlos, nos hacemos una pregunta: ¿por qué merece la pena ser sostenible? Aritz García, por su parte, cree que es necesario un cambio de mentalidad en el consumidor para que la sostenibilidad y la economía circular funcionen: “si compramos una prenda por 10 euros, puede que sea muy económica, pero lo ideal es pensar más en el largo plazo que en el corto plazo. Hay que cambiar esa mentalidad de consumo. Se tiene que pasar de un armario lleno de prendas de 10 euros, menos duraderas, a otro con menos prendas, más caras y que duren más en el tiempo”.
Un trabajo de “pedagogía” que Silvio Elías cree que tienen que realizar todas las empresas sostenibles: “hasta ahora, la empresa ha cedido la responsabilidad social al consumidor: tú eliges lo que quieres. Y para ello, lo que el consumidor necesita, primeramente, es información. No le puedes pasar el 100% de la responsabilidad. Tenemos que abogar porque las empresas tengamos una responsabilidad pedagógica”.
Además de este cambio de mentalidad necesario en el consumidor, también es importante que se apueste por la sostenibilidad en los procesos de producción. Ambas empresas, tanto Veritas como Ekomodo, tienen esta consigna por bandera. De hecho, además de tener presente la Regla de las 3 erres (Reducir, Reutilizar y Reciclar) en su metodología de trabajo, implementan otras medidas como, por ejemplo, la apuesta por el ecodiseño, la implementación de soluciones para medir y reducir la huella de carbono, la reducción de plásticos o la utilización de energías limpias en sus instalaciones (para fomentar la economía circular).
¿Qué ofrece BBVA para fomentar la economía circular y la sostenibilidad?
Crecer siendo sostenible
Todas estas herramientas que hemos comentado anteriormente ayudan a que el crecimiento de una empresa sostenible sea posible. Un desafío que, como indica Aritz García, no es fácil: “el reto más grande es el económico; crecer y fabricar con los márgenes adecuados, con volúmenes que permitan crecer. En nuestro caso, nos hemos asentado en una fabricación nacional, cuando fabricar aquí es diez veces más caro que en otros países. La disyuntiva es; o apostamos por una sostenibilidad medioambiental y social, con poca rentabilidad económica y no tanto crecimiento, o hay que encontrar el punto medio entre una fabricación sostenible y un crecimiento económico”.
En el caso de Veritas, Silvio asegura que el “crecimiento sostenible” ha sido lineal, ya que ser por completo sostenible es, actualmente, la propuesta de valor de su empresa: “el crecimiento es la consecuencia de ser sostenible, no al revés, porque esta es nuestra propuesta de valor, nuestro modelo de negocio. Hemos tenido tentaciones, pero si hacemos eso traicionamos la confianza en los consumidores que hemos construido durante todo este tiempo. Hay que ser muy consistente y coherente con lo que predicas”.
En definitiva, tal y como reflexiona el propio Silvio, tanto el crecimiento como la rentabilidad de una empresa son consecuencia de un propósito al servicio de la sostenibilidad, y no al revés, y toda esta evolución, ese cambio de paradigma en la mentalidad del consumidor, apunta a que la sostenibilidad es la clave de las empresas del futuro para, a pesar de los cambios demográficos, poder seguir viviendo en este planeta.