Da ilusión, y también algo de respeto, recibir tu primera nómina. Son solo tres sílabas, apenas seis letras, pero nómina es una palabra que crece hasta hacerse enorme, casi ruidosa, sobre todo en boca de una persona que comienza a trabajar como asalariada. Y es que, auténticos ‘día D’ y ‘hora H’ en los calendarios de medio mundo, los fines de mes traen consigo la nómina bajo el brazo.
Cuando llega tu primera nómina, ya no puedes esperar más. Digital o impresa, te da igual, la abres con una mezcla de impaciencia y euforia. Ojeas en un parpadeo la información que contiene. Imposible enterarse de nada yendo tan deprisa, por lo que te obligas a leer de nuevo la nómina, con mucho detenimiento esta vez. Pasan los minutos y sigues pensando lo mismo: “no consigo entender mi nómina. ¿qué significan todos estos números?”
¿Qué es la nómina?
Más allá de actuar como el documento que atestigua que la empresa ha procedido a pagarte el sueldo, la nómina goza de múltiples utilidades en el día a día de las personas. De hecho, hay determinados trámites para los que, con frecuencia, es requisito indispensable presentarla. Así pues, entender la nómina, y los distintos conceptos que incorpora, se vuelve imprescindible si quieres conocer a cuánto asciende tu salario neto y qué retenciones sufre.
Hablar de nómina implica hacer referencia al recibo del pago de un sueldo. No es más que eso y al mismo tiempo sí lo es, ya que las nóminas incluyen el desglose de ingresos y retenciones que componen tu retribución salarial. No pocos trabajadores por cuenta ajena se llevan un disgusto al repasar su primera nómina y comprobar que cada mes los ingresos reales son sensiblemente inferiores al salario bruto.
¿Y por qué sucede esto? La respuesta radica en que la empresa que te proporciona empleo posee la obligación de deducir unas cantidades del salario bruto de los miembros de su plantilla e ingresarlas en organismos públicos, como ocurre con las cuotas de la Seguridad Social y los pagos a Hacienda, a consecuencia del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF, por sus siglas). No obstante, son más los detalles que vienen recogidos, los cuales debes conocer para entender tu nómina. Pero antes de profundizar en ellos, resulta preciso tratar el peso de este documento en tus gastos mensuales. ¡No dejes de leer!
Nómina, ¿para qué nos sirve?
Profesor, futbolista, administrativo, cantante, médico, vendedor de seguros, político, mecánico de automóviles, periodista… No todas las profesiones generan los mismos beneficios económicos a quienes trabajan de ello. Y, dentro de una profesión, los ingresos también pueden variar considerablemente de un puesto a otro.
Asimismo, parece claro que la nómina, como suma de dinero que obtienes cada mes por tu actividad laboral, ejerce una influencia sobre tu estilo de vida, puesto que fija un límite de gasto a partir del cual entrarías en números rojos. De esta forma, a la hora de elaborar un presupuesto personal y planificar a qué vas a destinar el dinero, la nómina es el elemento principal que tener en cuenta, aquel al que ir descontando las diferentes partidas de gastos (vivienda, suministros, alimentación, ropa, desplazamientos, ocio, ahorro...) en los que piensas incurrir.
Como se apuntaba previamente, hoy en día supone una práctica común pedir copia de las últimas nóminas cuando solicitas la contratación de un préstamo en tu entidad bancaria o si pretendes alquilar una casa. Aportar la nómina certifica que te hallas trabajando actualmente y acredita tu volumen de ingresos, con el que tendrás que proceder luego al abono de los pagos, ya sean estos las cuotas de un préstamo o el importe relativo al alquiler.
¿Entiendes toda la información contenida en tu nómina?
Entender tu nómina, y las cantidades que aparecen en ella, te será de gran utilidad a la hora de calcular tanto lo que cobrarás a fin de mes como los límites de tu presupuesto y tu plan de gastos. Por ello, no olvides que en tu nómina encontrarás:
- Salario bruto: importe total del salario antes de descontarle las retenciones correspondientes.
- Salario neto: cantidad final de dinero que percibe la persona empleada.
- Detalle de las percepciones: divididas en percepciones salariales (pertenecientes al convenio colectivo del que forma parte la empresa) y extrasalariales (como dietas, gastos de transporte y retribuciones en especie). La suma de ambas da lugar a la retribución bruta.
- Percepciones salariales:
- Salario base: pago mensual mínimo en función de la categoría en la que se encuadre el trabajador.
- Complementos: cantidades adicionales por productividad, cumplimiento de horarios, trabajos nocturnos y en días festivos…
- Parte proporcional de la paga extra: puede estar o no prorrateada.
- Detalle de las deducciones: por un lado, los pagos a la Seguridad Social cubren las contingencias comunes, el desempleo y la incapacidad temporal, junto con el Fondo de Garantía Social (FOGASA) y la formación laboral. Por otro, en el detalle de las deducciones destacan los pagos a propósito del IRPF.
- Datos identificativos de la empresa: señas y espacio de trabajo de la empresa, y código de cuenta de cotización en la que está incluida la persona asalariada.
- Datos básicos del trabajador: nombre y apellidos, número de afiliación a la Seguridad Social, tipo de contrato, categoría, años en la empresa, etc.
- Período de liquidación: tiempo al que corresponde la nómina en cuestión.
- Lugar de emisión, sello de la empresa y firma: garantiza la conformidad de las dos partes, aunque la firma del empleado no resulta necesaria siempre que el abono de la nómina se efectúe vía medios bancarios.